Cumbayá, refugio para el que busca acción y tranquilidad
La mezcla entre ruralidad y modernidad es un atractivo. La característica de los hospedajes es la naturaleza. Llegan turistas locales y extranjeros
Un refugio para los que buscan tranquilidad, sin desconectarse del todo. La parroquia de San Pedro de Cumbayá o simplemente Cumbayá, se ha convertido en una de las alternativas de estadía para quienes necesitan cumplir actividades o llegan hacer turismo en Quito, pero evitan permanecer demasiado tiempo entre el ruido, la congestión o la inseguridad.
Ubicada a unos 20 minutos al oriente de la capital, esta localidad rural ofrece en las páginas especializadas en viajes y hospedajes algo más de una docena de opciones que oscilan entre los $10 y los $ 90 la noche. Todo depende de los días y la temporada. Hay para todos los gustos y bolsillos.
El fuerte de nuestra comunidad es la gastronomía. En Cumbayá encontramos locales de comida gourmet, pero a una cuadra hay comida típica y las denominadas huecas.
La vicepresidenta del Gobierno Parroquial de Cumbayá y presidenta de la Comisión de Turismo, Pamela Taco, dice que es una tendencia que se va haciendo palpable, aunque reconoce que la oferta aún es baja.
“A diferencia de lo que se ofrece en Quito, aquí especialmente hay hosterías con naturaleza, espacios verdes. A quienes gustan de aquello escogen a Cumbayá como destino”, señaló la funcionaria.
Eso fue precisamente lo que atrajo a Fergus, un ciudadano escocés que llegó a Quito con la intención de radicarse en Ecuador y la primera recomendación que le hicieron es que pruebe en Cumbayá. Lleva dos semanas hospedado en esa localidad y dice que el aire, los sonidos de la naturaleza y el clima templado de la zona hacen que, cada vez, extrañe menos a su país, en donde los inviernos son extremos y extensos.
Es la primera vez que estoy en Ecuador y en Cumbayá y por el momento he encontrado un lugar tranquilo y con gente amable, y los más importante el clima, ¡por favor!
Pero encasillar a Cumbayá únicamente como una “ciudad dormitorio”, como se denomina a las localidades con estas características en el argot turístico, sería no hacerle justicia. La zona rural actualmente se conjuga con una moderna en la que hay centros comerciales, restaurantes de alta cocina y comida tradicional y la Universidad San Francisco de Quito.
Para Margarita Camacho, que regenta el hotel La Casa del Aguacate, esa mezcla se estaría convirtiendo en otro de los atractivos de la zona. Ella asegura que en su establecimiento, ubicado a orillas del río San Pedro, recibe turistas que arriban de Europa, pero también ecuatorianos que llegan para hacer negocios o visitar Quito o personas que asisten a eventos académicos y culturales.
