Curiosa “logica”

Escuchando a un legislador oficialista opinar sobre el resultado de la consulta acerca de la prohibición de que los funcionarios públicos tengan bienes o recursos en los “paraísos fiscales”, observamos cómo la “lógica” que utiliza la revolución ciudadana se ha divorciado del sentido común.

Para el parlamentario, el hecho de que más de 20.000 empleados estatales hayan sacado su dinero con ese destino, no significa que infringen la normativa. La mayoría de ellos -en palabras de este señor- habrían hecho transferencias, a lo mejor a sus hijos que estudian en el exterior, o se trataría de envíos de dinero por alguna transacción producto de relaciones empresariales. Así, muy pocos, menos de tres mil, deben ser investigados.

Frente a tamaño razonamiento caben varias interrogantes: ¿es realmente abultado el salario de esos miles de burócratas, que pueden darse el lujo de tener a sus hijos estudiando en el exterior? Y si no es así, ¿cuáles son esos países -paraísos fiscales- donde la vida es tan barata que cualquiera puede estudiar en ellos?

Avanzando en su parlamento, el asambleísta lanza toda una retórica que condena no a sus correligionarios, que incurrieron en irregularidades (por decir lo menos), sino a los países calificados como paraísos fiscales. En su criterio, no pesan hechos incontrovertibles que, en el ámbito penal, tendrían el valor de pruebas.

Casi nada significa el descubrimiento de caletas en las paredes o en los tumbados de las casas, los “regalos” recibidos por ex altos empleados muy poco tiempo después de haberse retirado de su cargo, o las aseveraciones de directivos en las áreas donde se cocinaron los apetecibles negocios de cuantiosos rendimientos.

Los primeros se quedaron como noticia, los “regalos” son -y sobre ello ya el presidente dijo que no eran coimas- “presentes”, y las múltiples presentaciones de los “autoexiliados” ejecutivos por las redes, no son sino formas a través de las cuales actúan personajes siniestros y “corruptos”, traidores del proyecto revolucionario.