¿Daniel Noboa busca antagonistas, para proyectarse como 'el que resuelve'?

El 23 de julio, Daniel Noboa cumplirá ocho meses en Carondelet. Y ha pasado de ser el presidente conciliador al que se abre frentes. No solo casa adentro, con quien fue su compañera de fórmula, sino con sus exiliados en el Legislativo, los GADs e incluso con el Gobierno de México.

Ayer, lunes 8 de julio, en entrevista en Radio Sucre, repitió que pese a haber tomado medidas duras, tiene números relativamente positivos: la deuda pública ha bajado, la recaudación tributaria ha subido, hay crecimiento en ventas locales, la inflación está controlada, hay reducción en el costo de canasta básica y en homicidios estamos bajo del 20%.

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Todo eso sostuvo el Presidente, sin probarlo con datos. También que: "Los del viejo Ecuador quieren decir que todo está mal porque son candidatos... Tenemos la contra de grupos políticos del viejo Ecuador, de partidos tradicionales, que quieren confundir a la gente. Qué van a decir 'todo está bien, reelijan a Daniel'. No. Van a tratar de molestar en la Asamblea a diario y en su agenda de impunidad".

Noboa confronta a sus viejos aliados en el Legislativo, correístas y socialcristianos. Sigue en tensión con Construye. Ha dinamitado puentes con los GADs que pretendían recibir sus asignaciones sin Finanzas como intermediario, ya que él vetó la ley que lo posibilitaba.

Además, fuera de la frontera, también ha intentado usar el mismo estilo, diciéndoles a los mexicanos, luego de la irrupción en su embajada en Quito, que todo se arreglaba con un cevichito o unos tacos.

¿A qué se debe esta nueva postura del primer mandatario?

Santiago Cahuasquí, con maestría en sociología política, señala que el presidente Noboa usa la estrategia de configurar permanentemente adversarios políticos. Inicialmente Noboa, dice, se mostró como el "adalid de la antipolítica", evitando a toda costa el conflicto y la inestabilidad, de la política tradicional. Él repetía que el conflicto representaba todo lo que no se debía hacer y se definía a sí mismo como un político nuevo.

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Pero eso ya quedó atrás, reflexiona Cahuaaquí, quien dice que el presidente Daniel Noboa ahora usa una estrategia de gestión de la política distinta. Con la construcción de una imagen como antagonista busca proyectar en la sociedad lo que indicadores de gestión no pueden: que su gobierno es eficiente, que resuelve y que está cumpliendo sus objetivos, dice.

Las elecciones presidenciales de 2025 juegan un papel fundamental

Asimismo, el politólogo señala que mientras más se acerquen las elecciones presidenciales de febrero del 2025, la confrontación entre Ejecutivo y Legislativo se agudizará. Sobre cualquier otro cálculo, para Noboa pesa el electoral.

"Desea alejarse de la institucionalidad formal, representada en la Asamblea, que históricamente ha tenido baja aceptación; busca construir enfrentamientos con la Asamblea, a la que muestra como la vieja política, que le impide cumplir con sus propuestas de trabajo".

También la politóloga Renata Mantilla considera que Daniel Noboa intenta crear un escenario para una reelección. Esto, dice, "en medio de quejas porque el precio de la canasta básica es alto, así como los cuestionamientos al Plan Fénix, ya que la inseguridad se mantiene; y el subempleo aumenta en el país: ocho de cada diez personas en Ecuador no encuentran otra fuente fija de empleo. Tampoco se ha invertido en educación ni ha mejorado el sistema de salud".

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