Daniel Noboa y Luisa González, una pugna de inicio a fin: lo que no se vio del debate
El careo entre Noboa y González estuvo atravesado por la confrontación y la tensión entre los candidatos presidenciales
En la pequeña tarima dispuesta en el hall de los edificios públicos se definió el escenario para el Debate Presidencial 2025. Desde el primer momento, la candidata del correísmo, Luisa González, lanzó una declaración desafiante: “¿Pidió o no pidió licencia?”. Mientras tanto, el presidente y candidato a la reelección, Daniel Noboa, optó por el silencio.
A las 16:00 del 23 de marzo de 2025, el Consejo Nacional Electoral (CNE) habilitó el ingreso de periodistas nacionales y extranjeros al edificio de los medios públicos, en el norte de la capital. Desde hace tres elecciones presidenciales, ese ha sido el espacio destinado para el debate que se volvió obligatorio en 2020.
Durante la espera, la expectativa crecía. El hall, reducido para la cantidad de asistentes de los medios, se convirtió en un espacio de disputa por la mejor ubicación para fotos y tomas. “Déjame ponerme aquí”, decía uno. “Fíjate con quién llegan”, pedía otra.
A diferencia de la primera vuelta, en la que participaron 16 candidatos, esta vez solo había dos contendientes. Pero la verdadera batalla comenzó antes del debate, en el ingreso, con las declaraciones estratégicas que cada uno buscaba posicionar.
A las 18:00, dos horas antes del encuentro, el Debate Presidencial se inauguró con la entrega de las preguntas que guiarían los cinco ejes temáticos. Para ello, los integrantes del Comité Nacional de Debates subieron a la tarima y explicaron el respaldo recibido en la construcción del cuestionario.
María Gabriela Castro, miembro del comité, recordó que las preguntas fueron elaboradas a partir de una encuesta con más de 2,000 respuestas, los planes de gobierno y otros aportes de la sociedad civil. Para darle solemnidad al proceso, una notaria certificó con su sello los sobres cerrados que contenían las preguntas, los cuales fueron entregados a la moderadora, Ruth Del Salto.
Desde ese momento, todo fue expectativa a la espera de los finalistas de las elecciones generales 2025.
El fuego cruzado desde la llegada de Noboa y González
La primera en llegar fue Luisa González, poco después de las 18:30. Entró sola al hall, acompañada únicamente por una mujer del personal de protocolo del CNE. Desde la tarima ofreció un adelanto del tono que marcaría su intervención en el debate.
“¿Pidió o no pidió licencia el candidato Noboa?”, lanzó González, en referencia a la licencia obligatoria que el Código de la Democracia exige a los funcionarios que buscan la reelección.
“¿Encargó o no encargó la Presidencia de la República a quien por ley le corresponde, que es la vicepresidenta Verónica Abad?”, insistió.
Además, se mostró confiada en la victoria del correísmo, asegurando que esta vez la historia sería diferente a la de 2023. Su argumento: encuestas tanto de su movimiento como de la oposición.
Pasadas las 19:00 llegó Daniel Noboa. Los periodistas y fotógrafos estaban atentos, recordando que en el debate de primera vuelta el candidato evitó dar declaraciones previas. Esta vez no fue la excepción.
El presidente-candidato atravesó el hall tomado de la mano de su esposa, Lavinia Valbonesi. Con una leve sonrisa y un escueto “buenas tardes”, ingresó al set sin pronunciar palabra.
El debate siguió con la tensión entre Noboa y González
Una vez iniciado el debate, González cumplió con lo anticipado en su llegada: desde el primer momento, arremetió contra Noboa. “Quince meses después, nos volvemos a encontrar. Pero hoy, los ecuatorianos saben que todo lo que él diga, no lo va a cumplir”, afirmó.
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El tono confrontativo marcó la jornada. En un momento del debate, Noboa respondió con ironía: “Le otorgaré una beca en economía desde abril, cuando ya esté desocupada”.
En otro pasaje, cuando se abordó el tema del narcotráfico, González desafió a Noboa a someterse a un test antidoping.
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El Debate Presidencial 2025 se convirtió en un escenario de ataques directos, sin tregua, en el que cada candidato buscó no solo convencer a los votantes, sino desestabilizar a su oponente.
Al final, la salida de ambos candidatos no fue distinta a su ingreso. Esta vez, Noboa optó por salir primero. Y, aunque esta vez sí habló, tampoco dijo mucho: “estamos ante dos opciones, una democrática y otra de Maduro y desdolarizar”. Después de eso, dejó el edificio de los medios públicos.
Luego salió Luisa González. Insistió en los supuestos vínculos de Noboa con el narcotráfico y explicó su afirmación sobre reconocer al gobierno de Nicolás Maduro. Aseguró que enviará en vuelos charter a los venezolanos que estén en el Ecuador de forma irregular o cometan actos ilícitos. Así terminó el último y definitivo careo y arrancó la campaña electoral.
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