Entrevista a Darwin Jarrín, nuevo Comandante General de la Fuerza Naval.

Darwin Jarrin: “Lo mas inmediato es subir el nivel de disciplina militar”

Los desafíos externos, como el narcotráfico, la pesca ilegal extranjera y la inseguridad marítima, siguen en la mira para las nuevas cúpulas de los tres cuerpos de Defensa.

El almirante Darwin Jarrín se despedía el viernes del que ha sido su destino hasta ahora, en Guayaquil, para asumir el reto en el rango más alto de la Armada: la Comandancia General de Marina. Se muda a Quito. Pero antes de irse, dirigió una ceremonia de despedida para oficiales que pasan a libre disponibilidad tras más de 30 años de carrera.

- Empecemos por lo obvio. ¿Qué planes tiene ahora que asume el liderazgo de la Armada? ¿Cuáles serán sus líneas de acción?

- Lo más inmediato es subir el nivel de disciplina y compromiso de los miembros. La honorabilidad. Se han detectado algunos hechos aislados que han desdibujado la imagen de un cuerpo de 12.000 efectivos. No es un hecho sistémico, pero esos casos tendrán que ser analizados y sancionados con el máximo rigor.

- No evade usted los temas espinosos... ¿Hay manera de evitar que haya marinos relacionados con el narcotráfico o el contrabando cuando son negocios que mueven tanto dinero?

- Son asuntos que no tenemos que tapar, hay que enfrentarlos. Tenemos una brecha en la formación militar. Los que delinquen por dinero no obedecen a una necesidad económica -todos tenemos necesidades-, sino a la falta de valores y principios.

- ¿Cuál es el sueldo para los marinos de menor rango?

- Un marinero, que es un tecnólogo, gana en torno a 800 dólares. Tenemos salarios que nos permiten vivir dignamente y que son el reflejo del sacrificio que supone. Las ausencias en la familia generan muchas complicaciones. Pero a las Fuerzas Armadas nadie entra a hacerse rico y el que lo es, lo es por su origen familiar. Somos clase media. Nuestra motivación no es el dinero, esta es una profesión de servicio.

- Dice usted que hay brechas en el cuerpo y que hay nuevos enemigos, ¿cuáles?

- No solo hay brechas en las escuelas en la formación. Todos los oficiales y tripulantes que tenemos más experiencia tenemos que dar ejemplo. Exigir a las generaciones más jóvenes que se ajusten al código de ética. Los cimientos no están bien marcados. Se acabó eso de ‘no hagas lo que yo hago, sino lo que yo digo’. Eso nunca ha ido conmigo.

- Le toca apagar varios fuegos, como la permeabilidad de la delincuencia en el cuerpo, el narcotráfico, la pesca ilegal o la inseguridad en el mar, en un momento en el que escasean los recursos...

- Nosotros tenemos la responsabilidad de proteger el presente y el futuro de los recursos del mar. Siempre dicen que tener una armada es caro, pero no tenerla es mucho más caro. Sería de un alto costo para el país, para la economía, para las fuentes de ingresos futuras si no protegemos los recursos vivos.

- ¿Hay medios suficientes?

- Tenemos ocho unidades de superficie (buques) para hacer control de los espacios y una flota de guardacostas con 75 embarcaciones. Además de los dos submarinos y la aviación naval que se ha fortalecido. Gracias al trabajo de nuestros técnicos y a la colaboración con Astinave, hemos recuperado casi todas las unidades. Con mantenimiento, hemos ahorrado muchos recursos.

- Con un presupuesto que recorta en Defensa casi 50 millones de dólares, ¿a qué asunto van a dar prioridad?

- Habrá que priorizar en función de las necesidades. Habrá temas que dejar a un lado.

- ¿Cuáles, entonces, quedarán aparcados?

- Tenemos que esperar a tener los presupuestos definitivos de 2019 para establecer las prioridades.

- ¿Pero habrá suficiente para solucionar todos los problemas de seguridad en el mar?

- El control del mar es inabarcable. Ninguna marina del mundo tiene la capacidad de proteger todas las aguas que quisiera. Mire la extensión de lo nuestro. Tenemos más de un millón de kilómetros cuadrados. Es cinco veces más que la zona terrestre. Nunca hay medios suficientes. Pero nos ayudamos con imágenes satelitales que nos alertan de dónde tenemos que estar.

- ¿En Galápagos, donde están las flotas de pesca ilegales?

- Sí, Galápagos y su zona de influencia es el foco de más atención. Por ahí siguen las rutas del narcotráfico, del contrabando, de las flotas pesqueras extranjeras...

- ¿El problema de la pesca ilegal es algo que puede resolver la Armada o es un asunto de los Gobiernos, a nivel diplomático?

- Es un problema mundial, no solo de Ecuador. Nosotros hemos hecho una propuesta a nivel regional: Galapex. Es similar a Unitas o Panamax. Son ejercicios multinacionales.

Unitas y Panamax son ejercicios coordinados entre las fuerzas navales de Estados Unidos y países latinoamericanos para sincronizar procedimientos y estrategias con un objetivo común, orientado a la seguridad marítima.

- ¿Y el narcotráfico?

- Requerimos un verdadero esfuerzo en tierra, para que ese narcotráfico no salga por ciertos punto de la zona terrestre al mar. En el océano, es muy complicada la búsqueda y localización de una unidad tan pequeña.

- ¿Cómo se recibe la ayuda de los aviones de EE. UU.? ¿Es bienvenida o también genera fricciones por la injerencia?

- Se ha desarrollado una plataforma de vigilancia con ese avión y sus equipos, con esa calidad y precisión, sumado a las labores de inteligencia previa. Nos ha dado estupendos resultados. Si alguien nos ayuda con una tarea incesante como la persecución del narcotráfico, siempre será bienvenido.

- Suena a que es un tema imposible de resolver. ¿Cambiará ese panorama con usted como comandante general de la Marina?

- Mejorar es mi tarea. Resolverlo no lo puedo garantizar. El narcotráfico y el consumo de opiáceos son una cuestión milenaria. Combatir esas redes delictivas es un trabajo muy riesgoso y nuestra responsabilidad como institución es hacer todo para controlarlo.

- Lo que sí ha cambiado en los últimos tiempos es la relación con el poder, ¿verdad? ¿Están las Fuerzas Armadas mejor con Lenín Moreno que con Rafael Correa?

- Sin hacer un juicio sobre lo pasado, ahora vemos un apoyo del poder político a los cuerpos de Defensa. El escenario es óptimo porque hemos ganado respeto a las instituciones. Además, algo que llevamos con orgullo es el alto nivel de credibilidad que tiene la ciudadanía.

- Sin embargo, durante el régimen de Correa se encargó al almirante Luis Jaramillo Arias la presidencia de Petroecuador y terminó glosado. ¿Debe la Armada asumir funciones de ese tipo en entidades civiles?

- Nosotros hemos participado en la administración de Petroecuador y de la Aduana en dos gobiernos. Son administraciones complejas, pero nos excluimos de decidir. Fue una decisión política, que no es común, pero respondimos a la altura de las circunstancias. Con profesionalidad y honestidad.