Debate presidencial
Debate. Las figuras políticas deben abarcar más temas de interés ciudadano en sus discursos, opinan expertos.Archivo

Diversificar el discurso es el reto de los presidenciables

Desconocimiento y despreocupación demuestran cuando el debate es monotemático. Acercarse a las poblaciones sería la receta

Los comicios pasados se caracterizaron porque varios políticos, que pugnaban por la banda presidencial, centralizaron el debate alrededor de una sola temática: la seguridad. ¿Fue un error o un acierto? ¿Sobre qué áreas la ciudadanía espera soluciones del futuro residente del Palacio de Carondelet?

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Francisco Jiménez, exministro de Gobierno, manifiesta que no es bueno que traten un solo tema, porque “este no es un ejercicio de popularidad para los presidenciables; ellos están allí porque en teoría tienen respuestas para el país”. Con él concuerda Andrés Seminario, exsecretario de Comunicación, ya que señala que un proceso electoral se trata de los electores, de sus preocupaciones y necesidades, más que de los candidatos.

Para el ciudadano Rolando Casigña es menester que los presidenciables se expresen sobre los impuestos que pagan al recibir sus remuneraciones por trabajar en empresas extranjeras. Comenta que si bien paga impuestos en el país, donde se brinda servicios, este dinero ahora es considerado como un ingreso de divisas. Además, de estar obligados a tener un seguro del país foráneo y a la vez pagar un seguro nacional.

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Hay cinco temas que son ineludibles y que deben ser abordados por ellos: crisis energética, seguridad, economía, empleo y gobernabilidad para la estabilidad del país.

Francisco Jiménez

Exministro de Gobierno

Además, para Alexander López también se deben brindar soluciones a los problemas de seguridad, migración, educación y seguridad social; también exponer cómo fomentarán el emprendimiento. También tienen que hablar sobre la informalidad del trabajo, opina Tatiana Luzuriaga; mucha gente, incluidos extranjeros, está obligada a laborar así y ni está asegurada.

De acuerdo con la encuesta realizada en Quito y en Guayaquil, a 1.000 personas, por la firma Ipsos, en julio pasado, los ecuatorianos demandan que en la esfera pública se prioricen varios temas en sus discusiones. Para el 29 % se debería debatir sobre seguridad y orden público; para el 27 % la economía y las finanzas públicas. En cambio, el 23 % pide que se delibere sobre la corrupción y la transparencia gubernamental; el 11%, empleo y desarrollo laboral.

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¿Por qué no centrarse en un solo tema?

Los candidatos no eligen, son elegidos y para consignar el voto, tienen que conversar sobre los temas que a los electores les interesan. Hay dos temas: seguridad y empleo.

Andrés Seminario

Exsecretario de Comunicación

Sin embargo, si los presidenciables vuelven a centrar su discurso sobre un solo tema van a desconectarse del pueblo, ya que la gente debe sentir que a los políticos les interesan sus preocupaciones, sostiene Seminario. “Para que se genere una conexión entre el candidato y el elector, ambos deben hablar los mismos temas”; caso contrario, genera la percepción de que no conoce de otros temas. “Los silencios también comunican”.

Por otro lado, esa limitación también puede denotar que tiene conocimiento exclusivo sobre una problemática en particular o un profundo desconocimiento sobre una multiplicidad de factores que generan crisis en el país, expone Alfredo Espinosa, analista político y experto en Estudios Latinoamericanos. Eso se demostró en 2023, cuando los candidatos solo se referían al tema de seguridad en torno a las armas, fortalecimiento de la institucionalidad de la Policía y del Ejército, por lo que “los discursos se quedan cortos, se vuelven repetitivos y se agotan”.

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Los políticos deben mostrarse pública y abiertamente, como seres humanos hacia los electores, de manera empática hacia las necesidades de los ecuatorianos.

Alfredo Espinosa

Analista político y experto en Estudios Latinoamericanos

También demuestra que tienen “poca capacidad para entenderlos y poca ejecutabilidad para resolverlos”, afirma Jiménez. Para lo primero, se debe conocer sus variables, cómo se van desarrollando en el tiempo y en qué ha ido sumiendo a la sociedad cada tipo de problemas, explica. Como ejemplo da de que si se quiere abordar con seriedad la economía deberían abordar sobre los recursos y los ingresos que tiene el Estado ecuatoriano, de qué forma se los va a aumentar, debe el país seguir adquiriendo más deuda, debe canjear deuda, cómo obtiene liquidez, el rol del Seguro Social, cómo se lo va a fortalecer.

Este desconocimiento se ha visto en las últimas campañas electorales, dice Espinoza, donde se muestran como políticos que están desarraigados de la territorialidad, que desconocen los aspectos básicos de la cotidianidad de la gente, como qué bus deben tomar para llegar a un destino, el costo del litro de leche, las peripecias que deben hacer los padres para que sus hijos vayan a la escuela, ya que una carretera no funciona.

Elecciones.De acuerdo con el calendario electoral, las campañas durarán un mes: del 5 de enero al 6 de febrero de 2025. El debate, el 19 de enero de 2025.

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Por lo que para Jiménez, “si los presidenciables no tienen la capacidad sobre la profundidad de estos problemas y sus diferentes aristas, que son ineludibles para tener una candidatura seria, entonces no tiene sentido que estén allí”. Es por eso por lo que Seminario recomienda que las figuras políticas salgan a la calle a escuchar a la gente, a tocarles las puertas, a observar y palpar sus preocupaciones.

Además, sugiere Espinosa, que microsegmenten a los públicos para que los mensajes sobre distintos temas sean muy concretos, de acuerdo con sus necesidades, menciona Espinosa. Y según el grupo etario, de género y su situación demográfica, ya que lo intereses varían dependiendo estas variables.

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