El debate por los apagones polariza la opinión: ¿Lo capitalizan los políticos?
Las personas pasan de opiniones de molestia a buscar culpables. Expertos hablan de mensajes que responden a continuas crisis
La inestabilidad de los horarios de cortes de luz y la preocupación por el futuro de los negocios, fuente de ingresos de muchos y lugar de trabajo de otros, generan malestar en el contexto de la grave crisis energética del país.
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Las molestias se ventilan en la esfera pública y han causado un debate polarizado que, actualmente, concentra mensajes y opiniones enfocadas en la búsqueda de culpables: los exgobernantes. Sucedió antes con la crisis de seguridad. De un lado, había personas que apuntaban a la gestión de Rafael Correa y del otro, quienes responsabilizaban a Lenín Moreno y Guillermo Lasso. A inicios de año, Daniel Noboa también contribuyó a alimentar esas posturas extremas e imputó públicamente a los expresidentes de no haber tomado medidas en su momento.
El debate polarizado vuelve a aparecer con la calamidad nacional de los apagones. La diferencia es que ahora también se apunta a Noboa, sobre todo tras el aumento de las horas de cortes de luz, de ocho a 14.
A mitad de la semana hubo un ligero alivio con la noticia de las lluvias en el Austro y Amazonía del país. Sin embargo, las ideas extremas a favor y en contra se mantuvieron: culpar al actual Gobierno y a los expresidentes. Incluso, la conversación digital retrocedió más en la historia y en la red social X fue tema de tendencia el exmandatario Osvaldo Hurtado (1981- 1984). Sus defensores escribían que la represa del Paute fue su obra, que aún genera energía, pese a que se construyó hace décadas y que “no tuvo sobreprecio” a diferencia de las hidroeléctricas ejecutadas en el correísmo. }
Del lado contrario, en cambio, se destacaba el funcionamiento de Coca Codo Sinclair en la reducción de los horarios de apagones. En este escenario los políticos también participan con críticas y han visto la oportunidad para exponer sus planes.
A poco menos de dos meses para que el mundo celebre la Navidad, en Ecuador la magia está apagada. Los centros comerciales, hoteles y restaurantes del país reducen drásticamente la decoración de luces navideñas.
— Diario Expreso (@Expresoec) November 1, 2024
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Leer más¿Hay una estrategia política en la polarización del debate? María Cristina Bayas, directora de la Maestría en Comunicación Política de la UDLA, explica que el debate público es inherente a las personas y la polarización ocurre por múltiples factores. Uno es el interés de la gente en participar en las más recientes decisiones. “En lo último que les afecta directamente, como no poder calentar la comida, que los alimentos se dañen o no poder trabajar. Son temas que ya se tornan de supervivencia que hacen hablar, informarse y opinar. Pero con ideas que ya se tenía previamente, sea para reafirmarlas o evitar las que no nos gustan”.
“No les interesa si son falsos o verdaderos los mensajes. Es un problema porque así se genera la desinformación, contribuyen a círculos de violencia y afectan a la salud mental de la gente. Reproducen los mensajes sin ver si llegan de fuentes confiables o tienen argumentos”, señala el estratega de Comunicación, Andrés Jaramillo.
Los expertos indican que la situación no es exclusiva de Ecuador. La radicalidad de esos debates públicos se ve también en EE.UU., donde las opiniones se tornan agresivas por las elecciones. “Absolutas, sin matices, buenas o malas”, dice Bayas.
La incertidumbre e incapacidad para controlar la crisis y la angustia abonan a la polarización. Hace pensar “bueno, por lo menos voy a opinar sobre esto”, añade la catedrática. También hay procesos emocionales que inciden. “Desde el 2019 no tenemos ni un segundo de paz, pasamos por paros, pandemia, narcotráfico, inseguridad, conflicto armado interno. Los ecuatorianos no hemos descansado y esto hace que se agrave la polarización”, acota.
Jaramillo la secunda e indica que esas crisis no han permitido que el país se recupere, al ser muy seguidas. “Una serie de golpes prolongados que han puesto a la gente en una predisposición de mucha ira, desesperanza y queja. Esas ideas contenidas se vuelven más visibles en ciertas coyunturas como los períodos preelectorales”, observa.
Y es allí, en esos espacios de expresión, donde aprovechan los políticos para “capitalizar ese odio, ¿cómo? alentándolo y tratando de hacer más grandes los círculos de violencia, apelan a las emociones de las personas y tratan de encauzar esa energía en contra de sus oponentes”, detalla el analista.
Lo hacen al ver una oportunidad en esa coyuntura “porque en este contexto se va configurando la forma de votación de los ciudadanos, cuáles son las opciones que tienen en función de lo que buscan”, según Bayas.
Pero también es un momento para analizar con responsabilidad por quién votar. En este punto pueden aportar la academia, las oenegés, los activistas para educar a las personas y ayudar a evitar las noticias falsas. Se debe motivar a esperar antes de compartir las fake news, contrastar la información, “ciudadanizar las competencias digitales para que no puedan ser engañados y evitar alentar los mensajes de violencia y la polarización”, sugiere Jaramillo.
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