Los debates pintan todavía ‘desabridos’ para los electores
La falta de repreguntas genera dudas. El desconocimiento de competencias de las prefecturas fue la tónica. El alcance de los debates también inquieta
Una idea positiva que no acaba de encontrar el rumbo. El debate que sostuvieron los candidatos a prefectos de 17 provincias, el domingo pasado, dejó en evidencia que el mecanismo con el que se insiste deja poco espacio para profundizar en los temas y mucho para la maroma política.
Como “bastante soso” calificó el director de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo (FCD), Mauricio Alarcón, a este primer careo entre candidatos a las prefecturas, en parte, por la imposibilidad de los moderadores de hacer repreguntas, un “error” que se arrastra desde los debates presidenciales de 2021.
Ha habido incluso irrespeto a las reglas básicas del juego como sucedió en el caso de Guayas, en donde una de las aspirantes no quiso responder a las interrogantes que se hicieron.
“Eso hace que se convierta en un ejercicio desabrido para el ciudadano, que lo que busca es precisamente despejar algunas dudas sobre las propuestas de los candidatos que, en algunos casos, aprovechan ese vacío hasta para violar reglas del juego”, señaló Alarcón.
El exlegislador y analista político Henry Cucalón dijo que el debate en sí es un saludable ejercicio de la democracia, pero que, dado el formato, por la gran cantidad de candidatos en algunas jurisdicciones, tampoco se puede esperar mucho en lo de forma.
Como no hubo mucha oportunidad de desarrollar y profundizar los contenidos, se vio que hubo más frases de recordación muy repetitivas, más que para avanzar para no retroceder.
Sin embargo, considera que sirvió para poner en evidencia algo que debe ser tomado muy en cuenta por los votantes: el gran desconocimiento que demostró un gran número de aspirantes sobre las competencias y atribuciones de las prefecturas.
“Por otro lado, al no haber las réplicas y contrarréplicas, el tiempo más bien fue usado en temas y frases de recordación preelaboradas de las estrategias de campaña, con lo que se sacrificó el contenido de las propuestas. El ejercicio es válido, pero queda en el espacio para que haya algo de show”, señaló Cucalón.
El debate debe servir para que el ciudadano pueda escoger, discernir y que el ciudadano indeciso pueda ser convencido. Si eso no sucede, hay que buscar otros mecanismos.
Varios ciudadanos consultados por EXPRESO, incluso hacedores de opinión pública, reconocieron que no estuvieron pendientes de los debates. En algunas provincias estos fueron trasmitidos por medios locales. Las delegaciones electorales optaron por transmitir a través de plataformas digitales.
El expresidente del extinto Tribunal Supremo Electoral, Carlos Aguinaga, dijo que el Consejo Nacional Electoral (CNE) debería implementar un mecanismo de medición de la audiencia y los alcances que tienen los encuentros entre candidatos.
“Capaz que el segmento que los está viendo es marginal. Se debe determinar qué tipo de audiencia se conecta y si el objetivo de los debates se está cumpliendo. Caso contrario, podría convertirse en un ejercicio por cumplir la norma, pero sin una trascendencia”, sostuvo el exfuncionario.
