Debilitados y sin ánimo de consensos
Analistas coinciden que la falta de acuerdos programáticos dominará las elecciones. Formación de la Asamblea será determinante en el próximo periodo
La dispersión como característica endémica. Tal como se presenta el panorama, las probabilidades de que las corrientes políticas de izquierda o de derecha logren acuerdos programáticos de cara a las elecciones generales de febrero de 2021, son cada vez más lejanas, con lo que se repetirá la historia.
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Leer másLos números respaldan esta impresión. A seis meses de los comicios, hay no menos de 20 precandidatos presidenciales que se ubican en alguna de estas corrientes ideológicas y otro tanto que prefieren identificarse con el centro. Y aunque todos se muestran dispuestos a dialogar, los consensos están supeditados a liderazgos determinados.
En la derecha, el empresario guayaquileño Álvaro Noboa parecía haber puesto el toque de sensatez al anunciar que no proclamaría su candidatura aún hasta intentar formar un frente en el que no necesariamente sería el candidato. “Si el Ecuador quiere que otro lidere esta unión, también acepto”, dijo. Pero, a renglón seguido, dos días después, anunció que aceptaba ser el precandidato por su partido Adelante Ecuatoriano Adelante, con lo que sería su sexta participación en la contienda.
La renuncia a cualquier tipo de candidatura del exalcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, también llevó a pensar que se abría el camino de acuerdos en la tendencia. Incluso, el líder de CREO, Guillermo Lasso, envió un guiño al calificarlo como un “indiscutible líder” y asegurar que coincide en su lucha por buscar la prosperidad del Ecuador. Lo cierto es que el Partido Social Cristiano (PSC) tiene cinco precandidatos propios y un sexto que podría ser la sorpresa y se presentaría como el outsider.
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Leer másEn la izquierda, el panorama no es diferente. Solo el movimiento indígena tiene tres precandidaturas y muchas discusiones internas, aunque con el apoyo asegurado de otros grupos como Unidad Popular y las centrales sindicales. El correísmo sigue sondeando nombres y posibles alianzas en la corriente y otros como Alianza PAIS, aún están a la deriva.
¿Quién llega más debilitado para estas elecciones? El analista político Felipe Burbano cree que ambas tendencias, además del centro, llegan desorganizadas y con una fuerte tendencia a la dispersión. “No es específico a alguna de las tendencias. Es un fenómeno general que afecta al sistema de partidos que no pudo recuperarse después de la debacle que se produjo en la década pasada, que desmoronó el sistema de partidos”, le dijo a EXPRESO.
Pero no solo la elección de presidente y vicepresidente marcará el rumbo que tome el país en el próximo periodo. Para el politólogo y académico, César Ulloa, el tema de las ideologías se ha ido debilitando a la par de las organizaciones políticas que cada vez tienen menos puntos en común, pese a declararse de la misma corriente de pensamiento.
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Leer másSin embargo, cree que más allá de que el próximo presidente sea de izquierda o de derecha, la clave va a estar en la conformación de la Asamblea Nacional que será determinante para permitir ejecutar o bloquear cualquier proyecto político.
“Lo que debería preocupar realmente es el fraccionamiento en el Legislativo. En 1989 habían en el Congreso 10 fuerzas políticas y en 2003 subieron a 20. A mayor fraccionamiento, más posibilidades de corrupción y menos de lograr acuerdos programáticos”, dijo Ulloa.
Por eso, independientemente de la tendencia, los analistas consideran que como país se deben construir acuerdos básicos de gobernabilidad que trasciendan lo coyuntural.
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Leer másPerdieron la fe en los consensos políticos, pero le apuestan por un último acuerdo social. Unas 80 organizaciones de la sociedad civil presentarán, hasta mediados de agosto, un Pacto Social por la Vida que esperan sea acogido por el próximo Gobierno y la Asamblea, independientemente de su corriente ideológica.
El primer punto, será un compromiso por la lucha contra la corrupción y la impunidad; que los esfuerzos se concentren en impulsar la economía agrícola campesina que ha sido una de las más importantes durante la pandemia; replantear el modelo económico con propuestas sostenibles en el tiempo; y por último, fortalecer el sistema de salud pública. Activar el Consejo Nacional de Salud. Y replantear el modelo educativo.