Declarar el terrorismo ‘abre la puerta’ al accionar de las Fuerzas Armadas
Las Fuerzas Armadas podrán participar en operativos sin trabas. La medida tiene sus limitaciones. Hay el riesgo de una respuesta adversa del crimen
En los próximos días, según adelantó el ministro de Gobierno, Henry Cucalón, el Consejo de Seguridad Pública y del Estado (Cosepe) prevé declarar a las bandas de delincuencia organizada como grupos terroristas.
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La medida, aunque es aplaudida por algunos sectores, también levanta la duda de qué en realidad implica que estos grupos sean recategorizados como tal, pero sobre todo, cómo esto beneficiará o impactará en la vida de los ecuatorianos.
En principio, según aclara Esteban Ron, constitucionalista y docente universitario, esta medida no implica que las Fuerzas Armadas patrullen las calles. “Una vez hecha la declaratoria, los militares podrán participar en operativos que involucren a bandas ya predeterminadas como grupos terroristas”, dice.
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Estas acciones, según continúa Ron, no necesitarán de un estado de excepción, pero sí del acompañamiento de la Policía Nacional; además de estar sujetas a normas generales como el uso progresivo de la fuerza y demás ordenamiento jurídico. “No es que ahora podrán disparar a mansalva”, añade el jurista.
Esto implica acciones distintas al control de armas que se venía haciendo. Las Fuerzas Armadas podrán actuar hasta de manera bélica contra los grupos terroristas.
En la práctica, según explica Mario Pazmiño, exdirector de Inteligencia del Ejército, estas acciones implicarán seguimientos e intervenciones a los grupos terroristas, incluso, con el uso de armas letales. “Este accionar es diferente al control de armas que se venía haciendo”, señala.
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Asimismo, Pazmiño destaca que, al Cosepe tomar esta decisión, los grupos delictivos que sean considerados como terroristas en el país también lo serán para la comunidad internacional habilitando la extradición. Sin embargo, según Ron, con los resultados del referéndum, esto aún tendría complicaciones.
La declaratoria no implicaría ver a militares en las calles, esa reforma se está tramitando en la Asamblea Nacional. En esto, las Fuerzas Armadas pueden intervenir los grupos con la Policía.
Por su parte, otra implicación observada por Ramiro Narváez, legislador y presidente de la mesa de Seguridad de la Asamblea Nacional, es la repercusión que esta medida tendrá en contra de la sociedad ecuatoriana.
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“El Gobierno tiene la responsabilidad de enfrentar el terrorismo con la cautela que implica no exponer a la población a un posible desborde de violencia”, advierte Narváez, quien destaca la necesidad de que esta medida sea reforzada con un trabajo mancomunado entre las funciones del Estado.
El anuncio es ingenioso, permitirá un abordaje y tratamiento distinto. Pero, va más allá del anuncio, esto implica escenarios de mayor violencia que el Estado deberá neutralizar.
Asimismo, señala que la sola declaratoria de grupos terroristas no implica cambios inmediatos en la realidad de violencia en el país, sino que estos “dependerán de las capacidades del Estado para hacer frente a las consecuencias de la medida” y de acciones complementarias.
