Presión. Frank Chambers se encadenó en rechazo al retiro de los árboles de la avenida Río Vinces.

La defensa por los arboles se vuelve dramatica en Entre Rios

L a poda de siete árboles para su posterior retiro se desarrolló a medias ayer en la avenida Río Vinces, el ingreso principal a la urbanización Entre Ríos.

L a poda de siete árboles para su posterior retiro se desarrolló a medias ayer en la avenida Río Vinces, el ingreso principal a la urbanización Entre Ríos.

Un grupo de jóvenes identificado con la fundación La Iguana se opuso al proceso, alegando que era un daño ambiental para este sector de La Puntilla, parroquia urbana satélite del cantón Samborondón.

Frank Chambers, uno de los ambientalistas de la organización, se encadenó en uno de los troncos para presionar la suspensión de las labores.

La reubicación de los siete samanes, que serán replantados en el relleno sanitario en la carretera Samborondón-Salitre, está relacionada con la construcción del centro comercial Buena Vista Plaza.

Las instalaciones, cuya inauguración está prevista para finales de año, estarán ubicadas en el kilómetro 1 de la avenida Samborondón.

La preocupación de José María Vivar, miembro de La Iguana, es el riesgo al que se exponen las especies, debido a que la mayoría sobrepasa las tres décadas de vida.

“Las grandes raíces obligarán a abrir la calle en un diámetro de cuatro metros y a un metro de profundidad. Es decir, la afectación también será en lo urbano”, señaló Vivar, quien insistió en la poda antes que en la tala de los árboles.

El retiro de las plantas está a cargo de Jardinería Rancho Alegre. Uno de sus representantes que prefirió reservar su nombre comentó que un año les significó tramitar los permisos ambientales y que es mínimo el riesgo de mortalidad. Aquello lo sustentó con la presentación de papeles con el membrete del Municipio de Samborondón y del Ministerio del Ambiente.

“La posibilidad de mortalidad no supera el 10 %, además el diámetro de intervención no superan los dos metros de diámetros”, añadió.

Según la empresa encargada de esa tarea, en el tramo afectado se sembrarán medio centenar de especies, como tabebuia, tulipanes y acacias.

Desde que empezó su edificación, Buena Vista Plaza ha sido motivo de resistencia de parte de grupos de residentes.

El centro comercial se levanta sobre un terreno de 10.980 metros cuadrados. De ellos, 3.298 serán destinados a un conjunto de cinco edificios.

Una de las preocupaciones de los habitantes es que la obra afecte aún más el tránsito en la avenida Samborondón, por encontrarse a escasos metros de la curva que conecta con el puente de la Unidad Nacional.

En un nota de EXPRESO publicada el pasado 18 de enero, moradores de Entre Ríos manifestaron su temor de que el sector sufra una mayor congestión vehicular, especialmente en las horas pico (07:00 a 09:30 y 16:00 a 19:00).

El Comité de Residentes de Entre Ríos mencionó en esa ocasión que en ningún momento se cumplió con la socialización, requisito que exige la Prefectura del Guayas para otorgar el permiso ambiental.

A la dirigencia le preocupa que también se sature la avenida Río Vinces, ya que en la vía estará una de las dos áreas de ingreso y salida vehicular del futuro centro comercial.

La contratista de la obra afirma que aquello no ocurrirá.

La poda y traslado de los árboles en Entre Ríos le sucede a otros hechos similares ocurridos en Samborondón y Guayaquil. En esta ciudad, las reacciones de vecinos y ambientalistas motivaron la creación de una ley que obliga a una consulta previa a la comunidad.