La demografia de Guayaquil

Este es un tema recurrente del cual poco se habla o sobre el que escasamente se investiga. Todavía el debate permanece en las generalidades, que simplemente se quedan en la superficie de los datos estadísticos que arrojó el último censo de población y vivienda del Ecuador realizado en el 2010. Este señalaba que la provincia del Guayas tenía 3’778.720 habitantes y Guayaquil 2’440.553. En el primer caso se constata que esta tiene el mayor número de habitantes: 25,48 %, mientras que la ciudad-puerto tiene un indicador del 64,59 % de ella. Esta cifra corresponde a su vez al 32,96 % de la región litoral, así como al 16,46 % del país.

Las cifras, aunque reales, poco dicen de los diversos y múltiples hechos, procesos y factores que han dado lugar a estos resultados, pues si a estos números no se los pone en perspectiva histórica, no se pueden establecer las causas de esta mayor concentración demográfica. Tampoco se llegan a conocer las razones que permitirían comprender por qué se genera la alta tasa de crecimiento demográfico de Guayaquil y de su provincia.

Precisamente por esta grave carencia es que aún Guayas y la ciudad-puerto no logran entender bien cuáles son los factores y elementos que actúan de manera directa e indirecta, estructural y coyunturalmente, para hacer de la provincia y la ciudad los espacios sociales que la población del litoral y del país prefieren, el área donde esta se concentra de manera mayoritaria.

Esto no es un problema de hoy, tiene muchas décadas, pero pareciera que los diferentes sectores sociales guayaquileños y guayasenses poco se interesan por estudiar y conocer de qué modo esta situación afecta o favorece a su dinámica económica, social, cultural y política, facilitando o estancando su desarrollo.

Por eso es preciso que los diferentes sectores académicos, especialmente en el ámbito de la investigación en las ciencias sociales, se interesen por estudiar y analizar este fenómeno.

Solo las respuestas que este estudio pueda proporcionarnos, permitirán dar soporte a cualquier política social, económica y cultural que se deba diseñar como elemento imprescindible para la puesta en marcha de una estrategia.