Las deportaciones impregnan temor al votante ecuatoriano en EE. UU.
Dos candidatas a asambleístas por EE. UU. y Canadá admiten que podría registrarse ausentismo
Juan tiene 26 años y hace tres llegó a Nueva York, luego de pagar 20.000 dólares, por los que le aseguraron que completaría la travesía. Cruzó la selva del Darién, frontera entre Colombia y Panamá, y no quiere volver a Ecuador todavía. Ayer, el manabita no salió del departamento que comparte con un connacional. Les dijeron que en la construcción donde trabajan no habría actividad, pues los mexicanos organizaron una protesta en contra de las deportaciones.
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Leer más¿Acudirá a votar el domingo 9? Juan (nombre protegido) está decidido a tomar el riesgo. Aunque admite que siente mucho temor. “No tengo documentos. Todos los días venzo el miedo para salir a la calle a tomar el metro e ir al trabajo, o para hacer las compras. Hay redadas, pero gracias a Dios no me han tocado. Tengo la meta de pagar la deuda. A mi mamá le envío el dinero, para que pague al banco”, explica.
Los votantes ecuatorianos en Estados Unidos
En Estados Unidos y Canadá, 151.603 ecuatorianos están habilitados para votar facultativamente. Aunque hasta 2024 había alrededor de 800.000 connacionales en EE. UU., según la Organización Internacional para las Migraciones, que citó a la canciller Gabriela Sommerfeld.
“Voy a votar porque Ecuador necesita un cambio, pero sí tengo miedo. Salgo del departamento pidiéndole a Dios que no nos toque (la deportación)”.
Lo que dicen las candidatas
Mónica Palacios busca mantener su curul en esta circunscripción. “No solo en la campaña estoy en contacto con la comunidad. Los compatriotas sin documentos están asustados ante la amenaza de la deportación, por la falta de información. Sí me han contado que tienen miedo de salir a votar”.
El gobierno de Donald Trump, detalla Palacios, “está persiguiendo a migrantes con una orden de deportación. Eso quiere decir que en tres ocasiones no se han presentado ante un juez de migración y (también incluye) a quienes cometieron crímenes federales graves relacionados con narcotráfico, lavado de activos y bandas y están sentenciados”.
Sin embargo, Palacios admite que “la gente está aterrorizada”. Desde el 2007 se ha ido reduciendo el número de votantes y “seguramente tendremos un número muchísimo menor”. Y comenta que en estas semanas, avenidas como la Roosevelt, a la que describe como “vibrante”, con vendedores de hornado y tripa mishqui, están desiertas.
Por su parte, otra candidata, Verónica Alvarado, coincide en que se siente el temor de los ecuatorianos no regularizados. Pero subraya que hay muchas especulaciones en torno a la deportación. Ella, a través de programas de radio y de asesoría legal (estudia Leyes), ha explicado que deben temer quienes han cometido delitos, inclusive golpear a la pareja.
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Leer másEn Virginia, según la candidata, un abogado le indicó que 72 ecuatorianos están en proceso de deportación, lo que le parece un número bajo. “Uno, por ejemplo, condujo alcoholizado un vehículo y mató a personas”.
Verónica Alvarado señala que antes de la llegada al Gobierno de Trump, la avenida Roosevelt era tan desordenada como un mercado. “En Estados Unidos es un delito jugar con la salud de la gente”.
Alvarado explica que se comete un delito si no se cuenta con un permiso para comercio informal. Cree que algunos compatriotas no conocen que deben sacar un número de identificación tributario y tomar un curso, para legalizar su actividad. Por eso han decidido evitar el riesgo, dice.
Otro testimonio
“No estamos registrados para votar. Queremos legalizarnos, pero los abogados nos querían cobrar 8.000 dólares a cada uno”, cuenta Jajaira Oyana, quiteña de 19 años que en 2023 viajó a Estados Unidos con su madre y hermanos. Viven en Minneapolis. “Tenemos miedo, le pedimos a Dios que no nos deporten”. Trabaja de 16:00 a 24:00 en un local de venta de hamburguesas. Mi hermano conduce, evita cometer delitos de tránsito”.
'Necesitamos el voto telemático'
William Murillo, de la organización 1800 Migrante, anticipa que “el voto en el exterior será un fracaso porque hay mucho miedo. Nada garantiza que fuera de un centro de votación no haya una redada”. Él insiste en que el CNE debería asumir la responsabilidad de no haber facilitado el proceso a los migrantes, ya que hubo errores en las elecciones del 2023. “Nuestro voto no impacta en las estadísticas generales, pero el 100 % de quienes vivimos en el extranjero habríamos votado de forma digital”.
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