CAARCEL REGIONAL 2 (7113139)
En este centro de reclusión cumple condena la alias Fito y alias JR.JIMMY NEGRETE

Depósitos y trueques para sobrevivir en la Regional

Desde la comida hasta el servicio de lavandería, todo tiene un precio. Si incumple pagos, van a una celda sin luz ni cama

Uno de los mayores temores de los reos es no ver la luz del día porque, a pesar del encierro, a través de esta cultivan la esperanza de recuperar su libertad. Y ese es el riesgo que corren quienes no saldan sus cuentas en la cárcel Regional, de Guayaquil, según reveló una fuente a Diario EXPRESO; quien por cuestiones de seguridad reserva su nombre y se lo llamará Pedro. Él salió hace dos semanas de prisión.

“Tenía miedo de no poder pagar algo, porque los castigos sí se cumplían. Encerraban al preso que no cancelaba sus valores pendientes. Y adentro es necesario endeudarse porque adentro la comida es mala y uno debe buscar la forma de sobrevivir”.

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Pedro sostiene que los encargados de controlar el movimiento del dinero son los comandantes de los pabellones, quienes rinden cuentas a los líderes de Los Choneros, sus hombres de plena confianza.

El fiscal multicompetente de Guayas, César Peña, dice    que “no debemos olvidar que al manejar la cárcel, también manipulan precios y se deriva en extorsiones”.

Ellos deciden cuánto cobrar por “un cebiche, un chaulafán, un pollo asado, una parrillada… Y asimismo por las llamadas telefónicas y por la venta de teléfonos celulares. Es un conglomerado entre ellos (Los Choneros), que mantienen el poder”.

No hay quién se oponga,  porque al existir una hegemonía de parte de un grupo criminal, el riesgo de desafiarlo es perder la vida. La posición de los jefes de la banda es: “si tú me quieres causar oposición, te mato o pago a alguien para que te mate”, argumenta Kléber Carrión Sánchez, oficial pasivo de la Policía y experto en Criminología.

El especialista también apunta que, al haber una especie de monopolio, se facilita “el desvío de ciertos objetos para que ingresen a la prisión”, porque el control es ejercido por un solo grupo, en su beneficio.

Pero, ¿cómo hacen los reos para pagar por estos ‘servicios’? Pedro responde con depósitos o trueques. La primera opción debe ser realizada por allegados del reo en el exterior, en algún número de cuenta bancaria que les sea otorgado por el comandante de su pabellón.

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“La otra forma era la que yo  trataba de utilizar, porque mi familia no tenía las posibilidades de hacerme un depósito de dinero. Me ganaba la confianza de otros internos, les hacía favores y me pagaban con productos, como verdes (plátano), por ejemplo. Tener tres verdes era como tener cinco dólares”.

Con eso, podía conseguir un sobre de droga o acceder al servicio de lavandería. “Yo no consumo, entonces aprovechaba para tener limpias mis prendas. Eso es solo un ejemplo de las cosas que uno puede hacer adentro, porque ahí no se mueve nada en efectivo”, acota Pedro.

Y aclara que en la Regional nadie es obligado a comprar un producto, porque eso estaría prohibido por el “régimen chonero”. No obstante, sí son ‘endulzados’ con la oportunidad de adquirir algo a crédito, “pero solo dan hasta cuatro días para cancelar la deuda, sino uno termina en celda de castigo. Ellos saben que por hambre o por la necesidad de hablar con la familia, uno termina aceptando lo que a veces ofrecen. Abusan de esa forma”, enfatiza Pedro.

Carrión cuestiona que se cobren por servicios que deben ser otorgados a los presos por derecho, como una buena alimentación y la comunicación con sus seres queridos.