
Desastre ambiental en Esmeraldas: las cifras que explican la magnitud del problema
Una crisis ecológica y social sin precedentes pone en emergencia a varios cantones de Esmeraldas
El 13 de marzo de 2025, un deslizamiento de tierra en la zona de El Achiote, cantón Quinindé, provocó la rotura de una tubería del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE). Al menos, esa fue la versión oficial que comunicó el gobierno, ya que este 20 de marzo, la ministra de Energía, Inés Manzano, refirió la ocurrencia de un sabotaje.
No obstante, como resultado del derrame, una gran cantidad de crudo contaminó varios ríos y áreas de estero, desencadenando una crisis ambiental que afecta a localidades de Esmeraldas. Autoridades locales han señalado que dicho desastre afecta directa e indirectamente a medio millón de personas.
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Según el más reciente boletín de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR), la contaminación se extendió por el río Esmeraldas, el río Viche y el estero Caple, aunque sectores de la sociedad civil refieren que la afectación también está presente en otros cuerpos de agua. De hecho, la mancha negra llegó al mar, afectando playas y balnearios turísticos. Por precaución, se han cerrado las playas de Las Palmas, Las Piedras y Camarones en el cantón Esmeraldas, así como varias en el cantón Rioverde.
Cifras del desastre ambiental
De acuerdo con el boletín de la SNGR, con fecha al 19 de marzo, las cifras oficiales dan cuenta de la magnitud del impacto:
- 3.150 personas afectadas
- 1.111 familias perjudicadas
- 80 km de cuerpos hídricos contaminados
- 2 ríos y 1 estero impactados: Esmeraldas, Viche y Caple (locales aseguran que hay más cuerpos de agua contaminados)
- Infraestructura afectada: 3 bienes públicos dañados
- Agua potable suspendida en Quinindé, Rioverde, Atacames y Esmeraldas
- Animales afectados: 116 en total, 10 muertos
La declaratoria de emergencia por parte de los Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonales de Esmeraldas (211 mil habitantes residen en este cantón), Quinindé (126 mil habitantes), Atacames (51 mil habitantes) y Rioverde (32 mil habitantes) ha permitido movilizar recursos y personal para atender a la población y mitigar los efectos del derrame.

Acciones en marcha
El Ministerio del Ambiente ha tomado 102 muestras (45 de agua y 57 de suelo) para evaluar la magnitud del daño. Las inspecciones han confirmado la presencia de crudo en parroquias como Cube, Viche, Majua, Chinca, San Mateo, Tachina y Esmeraldas.
En respuesta, se han implementado técnicas de contención y recuperación del crudo. La empresa Petroecuador, con apoyo del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, removió 225.000 metros cúbicos de material que bloqueaban el oleoducto y reemplazó 50 metros de tubería dañada.
Hasta el miércoles pasado, Petroecuador recuperó 14 mil barriles de crudo vertidos en ríos y áreas de estero.
Un problema grave. Ante la falta de agua potable para consumo humano, instituciones reparten el líquido vital a través de tanqueros. Sin embargo, ciudadanos se han quejado por la falta de calidad de ese suministro.

Las cicatrices en el ecosistema
Cuando el petróleo toca el agua afecta a los peces, a la vida marina. Impide la oxigenación del agua. La película aceitosa se adhiere a la piel de animales y aves, provocando su muerte. La recuperación de los afluentes podría tomar unos 15 años si se hace una remediación correcta, de acuerdo con la Red Ecuatoriana de Ictiología.

El petróleo crudo y sus derivados contienen compuestos altamente tóxicos que afectan a los peces de múltiples maneras:
- Mortalidad inmediata: Los peces expuestos directamente al petróleo pueden morir por intoxicación, daño en sus branquias y falta de oxigeno en el agua.
- Afectaciones subletales: La exposición prolongada genera malformaciones, daños en el sistema nervioso y alteraciones en el crecimiento y reproducción, reduciendo la viabilidad de las poblaciones a largo plazo.
- Bioacumulación de hidrocarburos: Los peces que sobreviven pueden retener sustancias tóxicas en sus tejidos, convirtiéndose en un riesgo para la salud humana si son consumidos.
- Destrucción de hábitat clave: Manglares, estuarios y zonas de desove quedan contaminados, interrumpiendo los ciclos de vida de peces comerciales y especies en peligro.
Un oleoducto con históricos problemas
El SOTE transporta el 72 % del petróleo ecuatoriano, pero en los últimos años ha sufrido constantes incidentes. Desde 2020, el sistema ha estado fuera de operación por roturas durante 73 días en total, de acuerdo con un conteo realizado por este Diario.
Este nuevo derrame refuerza la preocupación sobre la vulnerabilidad de la infraestructura petrolera y su impacto ambiental, social y económico en el país.
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