Revisión. Una de las 72 edificaciones que sufrieron daños en Esmeraldas.

El dia despues fue de mucho trabajo

Daños.El Comité de Operaciones de Manta registró el colapso de una casa y dos accidentes de tránsito.

El día después de las dos fuertes réplicas del terremoto fue de trabajo en las zonas más afectadas de Manabí y Esmeraldas. Tras el llanto y la angustia del miércoles -el miedo sigue- recomenzó ayer, para unos, el proceso de evaluación de los daños y, para otros, su rutina diaria de trabajo.

En Manta, los comerciantes se llenaron de optimismo y, aunque nerviosos, caminando con mayor cuidado por las calles, llegaron a sus negocios con la mente puesta en que la única manera de olvidar estaba en el trabajo. “Si dejamos que el nerviosismo se apodere de nosotros será peor la situación”, indicó el comerciante Manuel Molina.

Como su ánimo, cientos de comerciantes llegaron a sus sitios de expendio: la avenida 4 de Noviembre, el sector La Poza, la parroquia Eloy Alfaro, Santa Martha y el centro de la ciudad.

En otros frentes, cuadrillas de trabajadores limpiaban las calles o retiraban escombros.

En Esmeraldas, los obreros de la empresa de agua trabajan en la reparación de dos acueductos averiados, uno de 600 y otro de 900 milímetros que permitan restablecer el servicio de agua potable. Otros equipos cuantificaban las casas con daños (72 hasta ayer) que serán sometidas a una inspección.

Una de esas viviendas es la de Ronny Rosero, ubicada en el sector El Potosí, en el centro. El hombre siente que volvió a nacer, dos veces, durante las réplicas. Cuenta que ese día, a las 02:49, el sismo de 6,8 grados Richter lo hizo saltar de la cama y no sabe cómo, con las paredes cayendo, salió de la casa, a oscuras. A las 11:47, la segunda réplica lo sorprendió retirando los escombros. Quedó paralizado en medio de la sala. “Frente a mí se desplomó la pared frontal, afortunadamente hacia afuera de la casa. Por eso digo que me salvé de morir, dos veces”. HLV/MT