‘Los diablos’ se tomarán Alangasí el Viernes Santo
Los personajes entran a la iglesia de la parroquia de Quito en la Semana Mayor. El domingo, los suspenden como el triunfo del bien sobre el mal.
Por más de 50 años se realiza una peculiar tradición por Semana Santa en Alangasí: los diablos se toman la iglesia. La representación tiene lugar el Viernes Santo y es un acto de fe para el que se preparan los habitantes de esta parroquia del Distrito Metropolitano de Quito.
La toma de los diablos a la parroquia es una tradición arraigada desde aproximadamente 150 años. En el 2019 este evento religioso fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial. Los diablos son personificados por un grupo de 26 habitantes y es una costumbre que se hereda de padres a hijos.
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Durante todo este tiempo, han mantenido la tradición de escoger a sus integrantes basándose en criterios morales y de herencia familiar. Para pertenecer al grupo, se requiere estar alineado con los principios del catolicismo, pues mantiene una estrecha relación con la iglesia. Además, realizan encuentros espirituales con regularidad.
Sus integrantes personifican al Diablo y representan al mal en diferentes aspectos de la vida cotidiana, como el alcoholismo, la pornografía, la drogadicción, el bullying y el dinero fácil.
Con el paso del tiempo han cambiado la vestimenta y la elaboración de las máscaras, pero mantienen la esencia de su representación, enfocada en reflejar las tentaciones y peligros de la realidad política y social que se vive en la actualidad.
Tomás Cuichan tiene 63 años y desde hace 35 representa al Diablo. Se inició como ‘diablillo’ y ahora es el más longevo de la parroquia, el capataz. Él heredó su posición y vocación de su abuelo. Dice que dirigir a sus diablos es una labor de convicción y de servicio a Dios. Busca que la tradición se mantenga viva y que se transmita a las generaciones futuras.
En la Semana Santa se preparan para representar al mal. El grupo realiza sacrificios y pide perdón en la iglesia, con el objetivo de limpiar sus pecados y enfocarse en su papel de Diablo.
Durante esos días, el jefe capataz hace un llamado a la reflexión y a la conciencia, instando a sus vecinos a volver la mirada a Dios y a buscar días mejores para la humanidad y la familia.
Días oscuros
La toma de la iglesia se realiza desde el Viernes Santo hasta el Domingo de Pascua. Simboliza que con la muerte de Jesús el mundo fue reinado por el Diablo durante tres días.
En Alangasí, los 26 diablos se toman el templo desde que se inicia el rezo de las siete palabras, el viernes. El Sábado de Gloria, en la vigilia pascual, cuando el sacerdote exclama ¡resucitó, resucitó!, el diablo abandona la iglesia. Y el domingo, el personaje es suspendido tres veces hasta el próximo año.
Cuando ingresan a la iglesia, los diablos buscan a quienes solo van de curiosos, no rezan y les llama la atención su presencia. “Al estar detrás de la máscara, nosotros sabemos quiénes vienen de corazón y quiénes solo por compromiso. Ellos son los más fáciles de tentar”, asegura Cuichan.
El presidente de la Junta Parroquial, Washington Flores, manifestó que los diablos en Semana Santa forman parte de la identidad de Alangasí y mantienen una tradición muy arraigada. Representan una de las actividades más potentes, junto a los Diablos de Píllaro.
Flores indicó que la Semana Santa no es la única festividad que tiene esta parroquia. Existen otros eventos importantes como el Corpus Christi.
Además, el Viernes Santo, durante la toma de los diablos, en el parque central de la parroquia se desarrollará una feria de emprendimientos locales.
Jimena Machacilia, vicepresidenta de la Junta Parroquial, manifestó que hasta el domingo 31 de marzo, durante la celebración religiosa, se podrán adquirir artesanías y emprendimientos locales, así como disfrutar de la gastronomía típica.
En Amaguaña, los visitantes disfrutarán de platos típicos como la fanesca, el dulce de higos y de manzanas, entre otros en el mercado 30 de Octubre y en el parque de la Gastronomía del barrio el Tingo.
La funcionaria invitó a vivir la Semana Santa de manera respetuosa y consciente de las tradiciones religiosas.
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