Diario EXPRESO, un periódico sin tapujos y sin vergüenza de decir la verdad

Pocos años después de que Diario EXPRESO se fundara hace 51 años, Pedro Jorge Loyola Barros se suscribió a ese rotativo. Su pasión por la lectura lo llevó a leer cada mañana este periódico y su gusto por el buen periodismo y las columnas de opinión lo mantienen fiel al mismo, incluso ahora, a sus 81 años de edad.

Con calidez y amabilidad, abre las puertas de su hogar al equipo de EXPRESO, quien le entrega un obsequio por su fidelidad como lector. Recibe el detalle con emoción y agradecimiento.

Oriundo de Riobamba, el licenciado Jorge Loyola, como le dicen sus conocidos, llegó a Guayaquil por primera vez en el año 1967, después de ganar un concurso de méritos para ser docente de un nuevo colegio en el suburbio de Guayaquil. Así, desde la ruralidad de Baños de Agua Santa, llegó a enseñar en uno de los sectores más empobrecidos de la urbe porteña.

Un tiempo después de iniciar labores, se enamoró de una joven guayaquileña llamada Dora Segura, con quien contrajo matrimonio y tuvo tres hijos. Junto con su esposa, en el año 1970, fundó la escuela Semillitas de Guayaquil, también en el suburbio de la ciudad; y en el año 1980, fundó el colegio Manuela Cañizares. “Lo que dejé en el suburbio es un monumento a la educación”, destaca orgulloso.

Ahora tiene más tiempo para leer EXPRESO

Ahora ya está jubilado y dedicado de lleno a la labor social. Tiene, además, más tiempo libre, el cual aprovecha para revisar las noticias desde su domicilio en la ciudadela Los Ceibos, cada mañana. Aunque, como lector empedernido, está suscrito a varios periódicos y revistas nacionales, su parte favorita, reconoce, es cuando lee EXPRESO, ya que este rotativo siempre tiene un punto de vista particular y diferente al resto que lo pone a reflexionar, cuenta.

“Me gusta sobre todo leer la parte de la opinión pública que se llama editoriales. Y EXPRESO tiene editorialistas extraordinarios que no tienen miedo ni vergüenza al exponer lo que piensan; es un periódico sin tapujos”, menciona.

Y es que, más allá de los editoriales, las páginas de este medio están llenas de verdades, dice el exdocente, algo que también lo atrapa cada día que revisa página por página las noticias. Una “virtud” de los periodistas con la que se identifica. Pues, además de docente, también es licenciado en comunicación social, ha sido administrador educativo de la universidad del ejército, psicólogo y actualmente es diácono permanente por el Seminario de Guadalajara en México. “Yo sé a lo que se exponen los periodistas; a veces son mal recibidos y a veces exponen sus vidas, pero como soldados, siguen marchando”, menciona.

Loyola detalla que también le gusta mucho EXPRESO porque, a través de él, se entera de lo que pasa en todo el país. Ya que, a pesar de ser un medio guayaquileño, le muestra, por ejemplo, noticias a profundidad de la ciudad de Quito, todos los días.

Su fanatismo por EXPRESO, si bien se ha mantenido a lo largo de los años porque le brinda calidad en su lectura y enriquecimiento de análisis, según indica, lo inició por primera vez cuando conoció a quien fue su fundador: Galo Martínez. “Porque yo era y soy un admirador de don Galo, conozco su historia”, concluye.

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