
Difícil imaginar que en el celular de Franco Loor se encuentre algo
¿Qué cosas de relevancia pudieron confiarle si entre ellos hablaban de él como viejo chiflado y no creían en sus capacidades?
Que en su celular no encontrarán nada irregular, ningún indicio o prueba de ningún delito, dijo en un comunicado Eduardo Franco Loor sobre su teléfono que la policía de Nueva York entregó al Ecuador cuando lo detuvieron y lo enviaron de vuelta al país. Y no es difícil creerle al exmiembro del Consejo de Participación y Control Social (CPCCS) si se toma en cuenta lo que sus coidearios y sus excompinches de ese organismo piensan de él: torpe, bobo, pendejo, viejo chiflado, vanidoso... ¿Qué cosas de interés o de relevancia podían haberle confiado a Franco Loor si entre ellos hablaban de él como pendejo y viejo chiflado? ¿Qué se puede esperar de ese teléfono si ninguno de los correístas tenía confianza en sus capacidades intelectuales?
Estos calificativos se encontraron en uno de los chats que la Fiscalía extrajo de los teléfonos móviles de Augusto Verduga, el líder de la llamada Liga Azul, como se conoce al grupo de consejeros destituidos por haber hecho parte de un cartel correísta dentro del CPCCS.
El móvil de Franco Loor fue decomisado por la Policía de Nueva York poco antes de que estallara el escándalo de los chats encontrados en el teléfono de Verduga, donde se descubrieron diálogos sobre cómo el correísmo planificaba tomarse por asalto organismos del Estado como la Superintendencia de Bancos, el Consejo de la Judicatura, entre otros.
En su comunicado, que lo escribió en un largo post en la plataforma X (antes Twitter), Franco Loor hace una defensa de sus actividades y sostiene que han sido honestas y guiadas por sus “principios morales y cristianos”, entre otras cosas. “No hay elementos de convicción para una acusación fiscal y por ello espero que, en mi caso, brille la justicia y la verdad”, dijo asimismo en el extenso post. Lo más insólito en el comunicado de Loor es que sostiene que como “persona individual” no puede ser imputado por delitos cometidos por un órgano como el CPCCS. Las entidades de derecho público no cometen delitos, sostiene como si estuviera sugiriendo que sí hubo cosas ilícitas que se hicieron desde el CPCCS.
La declaración de Franco Loor se produce luego de que la Fiscalía anunció que el teléfono había llegado y que sería sometido a una investigación. La noticia sobre la llegada del dispositivo alimentó cierta expectativa y hasta morbo en redes sociales sobre el escándalo llamado caso Ligados. Usuarios de redes y cierto sector de la prensa ha especulado sobre el posible contenido de los mensajes que se puedan hallar en él, levantando la expectativa por el caso. Sin embargo, con los chats de Verduga como antecedente, la verdad es que muy poco se puede esperar de las revelaciones que posiblemente se harán.
Los consejeros de la Liga Azul lo regañaron
Franco Loor era considerado por quienes participaban de los diálogos registrados en los teléfonos de Verduga como una persona que no merecía su confianza y capaz de ir a Venezuela para estar presente en los actos de posesión de Nicolás Maduro en lugar de trabajar para el correísmo en las sesiones del CPCCS. Es más, en esos chats se registra incluso una reprimenda que le da Verduga por haber asistido a dicho acto en Caracas. “Mire lo que provoca doctor, usted ya no puede realizar ni participar en actos políticos”, le decía Verduga y le advertía sobre posibles denuncias en su contra por haber participado en actos con profunda significación ideológica como la posesión de Maduro.
Es difícil imaginar que los colegas de Franco Loor le hayan querido confiar temas polémicos o sensibles si tienen ese concepto sobre él. Además, es evidente que no les era un personaje mayormente cercano. Franco Loor saltó a la escena pública cuando hacía de abogado de Jorge Glas, exvicepresidente de Rafael Correa, en el caso Sobornos, en el que fue condenado a ocho años de prisión por corrupto. Luego fue candidatizado al CPCCS y como quedó como suplente, solamente asumió el cargo cuando el consejero Juan Esteban Guarderas tuvo que salir al ser censurado por la Asamblea en un juicio político.
Poco antes de que la Fiscalía presente sus pruebas de cargo en contra de Verduga, que había huido del país, Loor fue expulsado de Estados Unidos y se determinó su regreso al Ecuador. Franco Loor intentó abordar un avión de Avianca que viajaba a Bogotá, pero la Fiscalía ya había emitido una orden para que no le permitan salir del país hasta que se produzca la audiencia de formulación de cargos en el caso Ligados.
La declaración de Franco Loor se produce una semana después de que Verduga colocó desde la clandestinidad, asimismo, un mensaje en X en el que acusaba a la banca y a los medios de perseguirlo. “La persecución que estamos viviendo no es solo política, es un ataque brutal a nuestra esencia, a nuestra lucha, a nuestras ideas”, señalaba Verduga sin decir una sola palabra sobre los temas en los que aparecía confabulado, como por ejemplo el de ocultar información a la justicia o pedir nombramientos para correístas en la Superintendencia de Bancos, a cambio del nombramiento de Raúl Romero Carrión.
El exconsejero sostiene que todo se trata de una “manipulación mediática” y que su “único delito” ha sido desafiar a la banca privada. Además, arremete contra las administraciones de Lenín Moreno, Guillermo Lasso y Daniel Noboa. Asegura que “este ciclo de destrucción está por llegar a su fin”.
Habrá que esperar entonces a que la Fiscalía desencripte el teléfono de Franco Loor para ver si en efecto lo que él pronostica es verdad: que ahí no se hallará ningún indicio de delito. Cosa que no parece para nada descabellada si sus compinches lo tenían como un “viejo chiflado”.
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