AQUILES ALVAREZ Y DANIEL NOBOA
Autoridades. Noboa y Álvarez durante sus sesiones por Guayaquil.Álex Lima y Joffre Flores / EXPRESO

Discursos bajados de tono en sesiones de Guayaquil por separado

El presidente Daniel Noboa y el alcalde Aquiles Álvarez celebraron a la urbe. Ninguno se refirió a la investigación Triple A

Guayaquil, luego de ocho años, volvió a vivir el aniversario de su fundación con sus autoridades nacionales y locales divididas. El alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez, y el presidente Daniel Noboa rindieron tributo a la ciudad con sendas sesiones, discursos y condecoraciones a personajes propios y extraños. Más allá de lo que tal vez se esperaba dados los roces entre ambos (y a lo que la ciudad estuvo acostumbrada durante parte del correísmo en Ecuador y el nebotismo en Guayaquil), los discursos vinieron edulcorados.

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Acostumbrado a las cortas intervenciones públicas, el primer mandatario lanzó un par de leves puyas sin evidenciar al o los destinatarios. Ninguna referencia hacia el ahora denominado caso Triple A, bautizada así la investigación fiscal del presunto delito de tráfico ilegal de combustible en el que son indagados Álvarez y otros, denunciada por el Gobierno. Ni un vestigio de discursos anteriores. Como el de hace más de una semana, en el que Noboa dijo que había cumplido sus metas económicas personales y “no como otros pillos, que lo que han hecho es contrabandear combustible”, en clara alusión al alcalde.

En la otra orilla, el primer edil porteño también prefirió bajar el tono a sus declaraciones. Alejado de frases como “niña vaga” y otros calificativos que suele utilizar cuando tocan fibras sensibles, el alcalde se refirió exclusivamente a su gestión y obras venideras. Obvió por completo el caso Triple A, en el que es investigado por la Fiscalía General del Estado.

En definitiva, discursos mesurados, enfocados más en la ciudad y menos en la pelea. Algo así como un oasis en medio de la crispada política nacional.

A continuación, un resumen de las intervenciones y otros detalles por fuera de los discursos de orden con los que concluyeron las celebraciones por los 489 años de fundación de la Perla del Pacífico.

¿Qué dijo Daniel Noboa, presidente de la República?

Con ganas de escuchar más. El presidente de la República Daniel Noboa optó por un discurso optimista que llame a la unión, alabó a Guayaquil a modo de poesía y con metáforas relacionó su historia y resurgir con el combate al crimen organizado que señaló comandar en la actualidad.

Daniel Noboa
Daniel Noboa en su discurso en la sesión solemne por la Fundación de Guayaquil.ALEX LIMA

No dio cifras ni tampoco mencionó nombres y en sus algo más de siete minutos de intervención se refirió a los 1.600 beneficiados de becas de educación superior y a las 40.000 madres de familia que fueron favorecidas con el programa Futuro Femenino.

“Resurjamos como un pueblo unido, abierto al progreso y la paz, sin permitir la impunidad, la injusticia y la corrupción, viejos enemigos a los cuales aquí nunca invitaremos. Cuenten con mi compromiso de mantener viva la esencia de Guayaquil. Que fue, es y será de alma guerrera”.

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Luego de ello, dijo “¡Viva Guayaquil!” y se retiró del podio. Ese fue el momento más intenso en su alocución. Había expectativa sobre algún anuncio en relación al caso Triple A que investiga un presunto tráfico de combustibles en la empresa del alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez.

Pero no hubo pronunciamiento del tema, ni tampoco una especie de anuncios sobre las “medidas más drásticas” que anunció con anterioridad. Se limitó a decir que “las cifras de recuperación no son la meta final y los resultados de seguridad son el inicio de una mejora significativa para la estabilidad de paz”.

Momentos previos a su discurso, se leyeron los decretos ejecutivos que dieron a la ministra del Interior Mónica Palencia y a la canciller ecuatoriana Gabriela Sommerfeld la condecoración de la Orden Nacional al Mérito en grado de Gran Cruz, por su “valentía, virtudes para elaborar estrategias y reconocimientos ante la comunidad internacional”.

Contra estas dos funcionarias la Asamblea Nacional ha iniciado un pedido de juicio político por considerar que no han cumplido con sus funciones.

Esto dijo Aquiles Álvarez en la sesión por la fundación de Guayaquil

La cita era a las 17:00 de este 25 de julio, pero inició media hora después. El escenario: el Palacio de Cristal, dentro del Malecón 2000, a donde acudieron figuras como la prefecta del Guayas, asambleístas, concejales, empleados municipales, ciudadanos, entre otros. Nadie quería perderse la sesión por los 489 años de aniversario de la ciudad. Y nadie quería perderse alguna reacción del alcalde Aquiles Álvarez tras la polémica en torno a la tensión que existe con el Gobierno de Daniel Noboa.

Aquiles Álvarez
Aquiles Álvarez llegando a la sesión solemne.Jofre Flores

Hubo calma. Los puntos establecidos en el orden del día se siguieron y la entrega de preseas a algunos ciudadanos le dio un poco de dinamismo a la jornada. Después subió a la tarima el alcalde. Cabe recordar que su ingreso lo hizo junto con el edil y su hombre de confianza, Raúl Chávez, y la prefecta Marcela Aguiñaga.

Ya frente a todos, Álvarez habló. Mencionó que la gente votó por el cambio y que, al inicio de su gestión (hace más de un año), había 9.500 empleados en la estructura municipal. Ahora, dijo, se registran 8.300 trabajadores que, sentenció, “dejan el alma por Guayaquil”.

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Adelantó que el Quinto Acueducto estará adjudicado en 45 días y que tendrá un tiempo de construcción y entrega de 18 meses. Monte Sinaí será una prioridad, continuó, al expresar su interés en que la gente tenga acceso al agua, instando a que abran la llave. Esta es la obra emblemática de su administración, acotó.

Fueron más de 15 minutos de su intervención. Cada palabra estuvo apegada a su gestión, lo que ha hecho, y lo citó: soluciones viales, parques y más. Sin embargo, no se refirió a la pugna existente con el presidente de la República.

Pero, ya al finalizar, remarcó que en Guayaquil no hay capataces sino “un montón” de ciudadanos capaces. Terminó diciendo que el “guayaquileño es altivo y arrecho”.

La sesión concluyó con la subida a la tarima de otros ediles, como Soledad Diab, para tomarse fotos y saludar a los presentes, mientras que en el río Guayas hubo un espectáculo de fuegos artificiales.

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