Doris Day en sus tiempos de gloria, fama y fortuna.

Doris Day murio triste y sola

La actriz vivió su últimos 10 años sin casi salir de su casa, volcada a sus perros y sin contacto con su único nieto, tras morir su hijo en 2004 a causa de un cáncer.

La muerte de la actriz, acaecida el 13 de mayo, ha puesto sobre el tapete, cómo fueron sus últimos años de vida. Hay quienes afirman que fue astutamente manipulada por quienes la rodearon, y otros sostienen que lo único que hacían era cuidarla y ocuparse de sus perros y de la fundación Doris Day Animal Foundation, creada por la artista en 1978 y orientada a proteger a los animales.

De acuerdo a la periodista española de El País, Maite Nieto, el primero en abrir la caja de Pandora fue sido su único nieto, Ryan Melcher, un agente de bienes raíces de Carmel, California, que antes del fallecimiento de su abuela publicó en sus redes sociales que Bob Bashara, representante y amigo de la diva, le impidió ver a su abuela. Melcher, hijo de Terry, el único hijo que tuvo la estrella y que murió víctima de un cáncer en 2004, nunca había hablado antes públicamente sobre Doris y eso dio mayor relevancia a sus declaraciones. En ellas afirmaba que Bashara había despedido a miembros de la junta que regía la fundación creada por Doris Day y los sustituyó por sus familiares. Algo que negó quien fuera su mánager.

Sin embargo exempleados de la artista y amigos próximos a ellas dibujan, en declaraciones a PageSix, la vida solitaria que llevó Doris Day en la última época de su vida, afirmando que pasó sus últimos diez años prácticamente recluida en su casa donde apenas salía de su habitación y la cocina. “Su único entretenimiento era hablar con sus perros y atender los mensajes de los admiradores que aún tenía”, dijo su exsirviente.

Lo que la devastó fue la muerte de su hijo Terry, la única persona con la que podía contar, cuando este tenía 62 años. Según DeVita, “sus admiradores llegaron a convertirse en la familia que nunca tuvo”. Porque su nieto también estaba muy alejado de su abuela desde 1997 cuando sus padres se divorciaron tras una separación conflictiva. Ya en 2013 Sydney Wood, que fue su guardaespaldas y también confidente, afirmó que “Doris ya no es quien solía. Está casi siempre confinada en su casa y ahora hay en ella gente muy diferente que están ahí por ella es Doris Day. Me preocupa que no la estén cuidando suficientemente bien”.

A su nieto, le dolió haberse enterado de la noticia de la partida de su abuela a través de las redes sociales.

Precisamente él fue quien dio, días después de su muerte, algunos detalles de cómo quería despedirse la artista: sin funerales, sin homenajes, sin tumba y con toda su herencia entregada a la fundación Doris Day para la protección de los animales que ella había creado. “Era todo lo que le importaba en los últimos 20 años de su vida”, contó un vecino de la actriz. “Confiaba más en los animales que en los seres humanos”. Detrás de su sonrisa, había decepciones y una profunda soledad que no aparecieron en ninguna de sus películas en las que por el contrario se mostró siempre feliz.