Dos bajas que despejan el camino hacia Carondelet
Otto Sonnenholzner y Fernando Balda declinan sus aspiraciones presidenciales. Evitar la división del electorado es el principal motivo de ambas decisiones
Mientras el plazo se acorta, las definiciones se concretan, y no todas van por el lado de ratificar intenciones electorales. A pocos días de que termine el plazo para que las organizaciones políticas terminen sus elecciones primarias o convenciones nacionales, el exvicepresidente Otto Sonnenholzner y el activista político Fernando Balda declinaron sus aspiraciones presidenciales. El primero, de acuerdo con las encuestas, con un considerable porcentaje de intención de voto; y el otro aparecía en la cola.
Otto Sonnenholzner anuncia que no será candidato en las próximas elecciones
Leer másIndistintamente de lo que estas mediciones preliminares de precandidatos reflejen, las declinaciones en el tablero electoral reducen el número de opciones entre las que deberán escoger los votantes el próximo 7 de febrero. El analista político Jacinto Velázquez considera que estas bajas electorales, independientemente de sus nombres o intención de votos según las encuestas, no aportan. “Son decisiones negativas. Mientras más candidaturas presidenciales haya, es mejor. No se trata de dividir o no el voto. Cuando uno hace política, el primer concepto es el del egocentrismo y no egoísmo. Yo aspiro, yo planteo. Vamos a ver si existe el apoyo. No me tengo que preocupar de lo que pase con el vecino”, comenta el también excandidato presidencial, quien considera que ambos declinaron una oportunidad de medirse como figuras y medir sus propuestas.
Sonnenholzner, quien renunció a la Vicepresidencia el pasado 7 de julio con un discurso que dejaba entrever sus intenciones electorales, publicó en su cuenta de Twitter un comunicado con el que informó su decisión de no participar en las elecciones y lo justificó con estas palabras: “Expreso públicamente mi decisión de no ser candidato en las próximas elecciones para así enfocarnos en el objetivo principal: evitar la dispersión y fortalecer la unidad desde el desprendimiento de intereses particulares, poniendo siempre primero a nuestro Ecuador”.
La postura de Balda va por la misma línea. El activista justificó su decisión bajo el argumento de no aportar más a la división y falta de unidad de las fuerzas políticas. “El país vive un momento histórico. El actual proceso electoral se encuentra afectado por la división y la falta de cohesión de las fuerzas políticas. El inminente escenario es una contienda donde los representantes de los prófugos quieren retomar el poder para seguir robando y garantizando impunidad”, explicó Balda en un comunicado en el que declinó la precandidatura presidencial, pero aceptó encabezar la lista nacional a la Asamblea por el movimiento Libertad es Pueblo.
Mario Cuvi, decano de la Facultad de Derecho y Gobernabilidad de la Universidad Ecotec de Guayaquil, considera que ambas bajas provocarán que los votantes elijan entre menos perfiles presidenciales. Sin embargo, cree que el voto no se endosa. “Creo que el voto va a migrar a otros candidatos cuando estas aspiraciones se concreten y se divulguen las propuestas principales de cada uno... Hace bien que no se disperse el voto, pero también que aquellas personas que se consideren capacitadas tengan la oportunidad de participar y que sea el votante quien decida”.
¿A quién o quiénes migrará este voto huérfano? El consultor político Camilo Severino no se aventura a dar nombres específicos por lo poco maduro del panorama electoral y porque Sonnenholzner reunía voluntades de varias corrientes. “La gente está enojada y al mismo tiempo necesita certezas. La candidatura que logre entender eso y no se encapriche en nada contra la corriente será un posible ganador”, opina el experto, quien cree que muchos ecuatorianos llegarán al biombo el próximo 7 de febrero con una pregunta en mente: ¿por quién votar?