Dos playas de Galápagos están restringidas por la contaminación de aguas residuales
El vertido de aguas residuales sin tratar afecta las playas de Oro y Los Marinos, en las Islas Galápagos
En un esfuerzo por proteger tanto la salud pública como el ecosistema marino, el Parque Nacional Galápagos ha decidido restringir el acceso al agua en dos playas de la isla San Cristóbal, una de las principales del archipiélago. La medida, que afecta a las playas de Oro y Los Marinos, se tomó luego de detectar niveles de contaminación por encima de los límites permitidos, causados por un vertido de aguas residuales sin tratar.
La contaminación amenaza la biodiversidad marina
La bahía de Puerto Baquerizo Moreno, donde se encuentran estas playas, es la capital de la región insular. Según el informe oficial del Parque Nacional Galápagos, los análisis realizados confirmaron la presencia de coliformes fecales y otros componentes dañinos que afectan gravemente la calidad del agua. Este tipo de contaminación no solo representa un riesgo para la salud humana, sino también para la fauna marina que habita en la zona.
Acciones legales contra el vertido de aguas residuales
El vertido de aguas residuales fue ejecutado por el Municipio de San Cristóbal sin realizar el tratamiento adecuado previamente, asegura el comunicado emitido. Como resultado, las autoridades ambientales han iniciado un proceso administrativo para sancionar a los responsables y presentarán una denuncia ante la Fiscalía por el posible delito contra el agua.
La zona afectada es conocida por ser hogar de una de las colonias más grandes de lobos marinos de las Galápagos, que frecuentemente descansan en las playas de la bahía. Este vertido amenaza su bienestar, junto con el de otras especies que habitan el ecosistema marino de la isla.
📍La Dirección del Parque Nacional Galápagos informa 👇 pic.twitter.com/ABeBG11ABv
— Parque Galápagos (@parquegalapagos) January 13, 2025
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Medidas para mitigar el impacto ambiental
Ante esta emergencia, el Parque Nacional Galápagos está trabajando en la creación de un plan de acción que incluirá la evaluación de los daños en los ecosistemas marinos y la reubicación temporal de actividades turísticas, con el fin de mitigar el impacto ambiental y proteger el entorno natural de la zona.
Este incidente ocurre poco después de que el Parque Nacional Galápagos tomara otra medida similar en la vecina playa Mann, donde la actividad humana alteró el comportamiento de los lobos marinos durante las celebraciones de Año Nuevo. En ese caso, se procedió a cerrar la playa temporalmente, pero la medida fue levantada tras la presentación de un plan de manejo para garantizar la conservación de la fauna.
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