Requisito. La planta debe cumplir con un riguroso manejo orgánico.

La dulcamare amplia espacio en la medicina natural

Según Arcentales, Daule y Salitre son los cantones guayasenses con mayor consumo de la dulcamare. El 30 % de la producción es distribuida de manera gratuita, especialmente a niños con capacidades diferenciadas y a adultos mayores con cáncer.

La dulcamare (Kalanchoe gastonis-bonnieri) combinada con otras plantas gana espacio en el mercado de la medicina natural. La ampliación es tal que también se recomienda a menores de edad.

Pangea con dulcamare se suministra a niños con hipoxia cerebral (un reducido suministro de oxígeno al cerebro) o a las personas que han sufrido derrame cerebral.

La hotunia es otra planta con la que se mezclan para obtener un jarabe que se recomienda a pacientes con leucemia o con tumores cancerígenos.

Uno de los promotores de la dulcamare, cuyo laboratorio lleva el nombre de la planta, es Sidney Arcentales. Cierra este año con 61 ítems de productos hechos con la planta: 46 cosméticos y 15 nutracéuticos.

Se suministran a través de cápsulas, cremas, geles y gotas. Se usan para contrarrestar el autismo, microcefalia, pie diabético, cáncer y derrame cerebral, y contribuir en la regeneración de células.

“La mayoría de los pacientes ve como la última esperanza de vida la medicina natural. Lo importante, al menos en nuestros 14 años de trayectoria, (es que) el 95 % se salva”, destacó.

Un detalle importante: el producto debe cumplir un proceso estrictamente natural, a fin de que no ocasione efectos secundarios.

“Hablamos de un manejo orgánico, cero pesticidas, ni hormonas ni fertilizantes”, indicó Arcentales. (F)