Paradero. Al pie de la calle Piedrahíta, algunos habitantes de Durán esperan las diferentes líneas de buses.

Duran se siente cada vez mas distante de Guayaquil

Los buses se cogen en Piedrahíta desde noviembre pasado, por la construcción de la aerovía. Los usuarios se quejan por la inseguridad del sector y la distancia.

De la tercera etapa de El Recreo al Mercado Central se hacían cuarenta minutos de recorrido hace unos doce años y se pagaba un solo pasaje de 25 centavos. “Eran buenos tiempos para los que somos de Durán”, suspira Andrés Camacho, un cincuentón que acaba de bajar de una Panorama en Padre Solano, la calle designada por la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM) como el lugar de desembarque de los duraneños.

El de embarque, desde noviembre pasado y por la construcción de la aerovía, está ubicado en la Piedrahíta, luego de que se modificaran los recorridos de las líneas de Durán, para que bajen por Rumichaca, en lugar de Quito, donde se construye una de las paradas del sistema de transporte aerosuspendido.

No es el primer cambio. Durante algo más de una década, el recorrido de los dos centenares de buses de este cantón ha sido modificado varias veces, alejándose cada vez más de Guayaquil, un punto en contra para el territorio vecino, de donde se estima que llegan de 80 a 100 mil personas a diario.

“Antes no había otras líneas y no existía Metrovía. Al tener una evolución en el sistema de transporte de Guayaquil y al crecer el parque automotor, esto de cambiar los recorridos ha sido necesario. Igual, hay suficientes alternativas de buses urbanos para la gente que llega de Durán”, justifica Fernando Amador, director de Transporte de la ATM.

La gente de Durán que antes pagaba 25 centavos para llegar hasta el Mercado Central, ahora cancela 35 por buses convencionales y 45 por los que llevan aire acondicionado hasta Padre Solano. A ese rubro le deben sumar más otros 30 o 60 centavos para llegar a los diferentes destinos de Guayaquil.

Se supone que la esperada aerovía reivindicará este panorama de la distancia y el pasaje integrador; pero hasta que eso ocurra, en 2020, las quejas van y vienen.

“Ya mismo nos mandan a coger bus en el puente de la Unidad Nacional”, ironiza Tony Riera, de 24 años, quien prefiere los taxirrutas de la Primero de Mayo y Pedro Moncayo al bus, cuando regresa a casa, en Los Helechos, desde Puerto Azul, donde trabaja, porque la caminata hacia los buses aumentó tres cuadras obligadas desde el cambio.

“Tres cuadras peligrosas”, subraya Cielo Suárez, otra usuaria, de 52 años, quien en más de una ocasión ha visto a arranchadores hacer de las suyas, pese a que hay unidades de vigilancia cerca del paradero.

Tres cuadras son precisamente las que separan a las líneas de todos los paraderos de la ciudad, replica el director de Transporte de la ATM, que en cambio pide a las instituciones competentes se encarguen de solucionar el problema de la seguridad.

Algunos ven un poco absurdo el hecho de que en Padre Solano y José de Antepara solo se deje pasajeros, y no se recoja, como antes. Amador, una vez más, explica que la estructura urbana de esa calle no permite paradas técnicas, por los semáforos y la estrechez de la vía. Por eso se eligió Piedrahíta para el embarque.

Cuando se inaugure la aerovía, 40 mil pasajeros de Durán se mudarán de sistema. El pasaje costará 70 centavos.

El detalle:

Infraestructura. En la esquina de Piedrahíta, se ubicaron dos paraderos y se pondrán dos más tras una inspección que se hizo la semana pasada. .