El ajuste de subsidios puede amortiguar el cierre del ITT

El 31 de agosto de 2024 termina el plazo para que el Estado ecuatoriano pueda extraer petróleo del Bloque 43-ITT (Ishpingo, Tambococha y Tiputini), tras el triunfo de prohibir la actividad petrolera en el Parque Nacional Yasuní, en la consulta popular de agosto de 2023.

Cuando aquello ocurra, los costos de las gasolinas extra y Ecopaís ya habrán subido y estará vigente la banda de precios. Todo esto con el fin de reducir los subsidios a esas gasolinas y generar más ingresos petroleros para el Estado.

La medida implicará ingresos de 322 millones de dólares en lo que queda de 2024 y algo más de 600 millones en 2025, según ha señalado la viceministra de Economía, Ana Cristina Avilés. Esta cifra puede servir para amortiguar los 600 millones de dólares que puede dejar de recibir el Presupuesto General del Estado cada año por el cierre del Bloque 43-ITT.

Sin embargo, todavía no está del todo claro qué pasará, cuando faltan apenas nueve semanas para que llegue ese día. Por un lado, exautoridades de Petroecuador han señalado que ese día se extraerá el último barril de crudo en el Bloque 43-ITT. Otras autoridades han insinuado que se buscará aplazar el cierre, ante lo complicado y costoso de esa operación.

Mientras tanto, el Gobierno creó el Comité de Ejecución de la Voluntad Popular Yasuní- ITT, pero aún no hay un cronograma. El ministro (encargado)de Energía, Roberto Luque, ha señalado que van a respetar el mandato popular, pero el cierre hay que hacerlo de manera técnica, lo cual no puede ser ejecutado de la noche a la mañana.

El documento del Servicio Ampliado del Fondo Monetario Internacional (FMI)que suscribió Ecuador da algunas pistas del futuro del Bloque 43-ITT. El reporte del organismo señala que a mediano plazo, se supone que la reducción gradual de la producción de crudo en el campo ITT se verá compensada por una mayor producción en otros campos.

Para Jaime Carrera, secretario del Observatorio de la Política Fiscal, la reducción de los subsidios compensará, en algo, la salida de operaciones del campo petrolero, ya que producir más en otras áreas tomará tiempo, debido a los procesos necesarios para atraer inversión privada.    Por esta razón, sostiene Carrera, esperar aumentar el gasto con el dinero esperado por reducir los subsidios es “una ilusión” de ciertos sectores.

Hasta hace una semana la producción del Bloque 43 no mostraba mayores cambios y    llegaba a los 50 mil barriles por día, pero tras la para del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) esta cayó a 12.709.

“El Gobierno va a tener que presentar un cronograma. Ese cronograma se implementará, seguramente, con muchos retrasos (...) intencional o no intencionalmente”, considera Santiago Mosquera, decano de la Escuela de Negocios de la Universidad de las Américas (UDLA).

Una de las situaciones que pueden complicar al Gobierno actual, más allá del cierre del ITT, es la reducción petrolera en general debido a problemas como la erosión regresiva en el río Coca. En años anteriores ha complicado la situación fiscal, asegura el especialista en temas económicos.

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