
Los aranceles mixtos de Ecuador, bajo la lupa de EE. UU.
La USTR cuestiona el gravamen que se impone a más de 360 productos
Los aranceles mixtos (pago de ad valorem + tarifa específica) que Ecuador grava a los productos extranjeros están dentro del listado de barreras comerciales que motivaron a EE. UU. a aplicar al país un arancel recíproco del 10 %, una tasa que hoy el Gobierno y el sector privado intentan eliminar y que podría suponer la revisión de estas tarifas.
Pero negociar este tema, advierten expertos comerciales, no es tan sencillo. Sobre la mesa deberá analizarse el arancel de al menos 360 productos identificados por la Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR) que gravan tasas de más del 40 %. Según el sitio Trade Map, una plataforma internacional especializada en estadísticas e indicadores comerciales, las tasas más altas están gravadas en los vehículos, una de las exportaciones estrella de ese país (40 %), pero también el calzado (más 159 %), el arroz (68 %), prendas de vestir confeccionadas (61 %), aparatos tecnológicos (25 %) y productos de cuidado personal (20 %); o incluso, otro tipo de oferta poco convencional como trapos de todo tipo de material textil, con arancel de hasta 1.010 %.
Las tasas recíprocas impuestos por el presidente Donald Trump, explica Juan Francisco Ballén, exviceministro de políticas comerciales y presidente de Protrade, van en la línea de mejorar el acceso a productos norteamericanos en los mercados internacionales. Y no son otra cosa que una vía coercitiva para empezar a negociar su baja país por país, un método que plantea dudas porque va en contra de los preceptos de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y ciertos tratados internacionales. “Para hacer eso, Estados Unidos, amparado en dos leyes, ha declarado una emergencia nacional que la sustenta en cuatro variables: el alto déficit fiscal que debe subsanar, el déficit comercial , la elevada deuda externa y la amenaza de estar perdiendo supremacía como potencia económica en el mundo”. De ahí su interés, explica Ballén, de atacar los déficits que tiene imponiendo aranceles globales, con el fin de recaudar más.
Entrar a negociar
El representante comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer, aseguró ayer que “casi 50 países” le han contactado para negociar la retirada de los aranceles que el Gobierno de Trump les impuso la semana pasada; y que varios, como Argentina o la India, han mostrado su disposición a buscar “reciprocidad” comercial con la primera economía mundial.
En el caso de Ecuador, alcanzar esa reciprocidad implica algunos desafíos, dicen los analistas, porque en principio Ecuador deberá buscar que esa negociación no tenga un impacto en la industria local. Sonsoles García, exministra de Industria y Comercio Exterior, recuerda que el origen de estos aranceles mixtos en su momento fueron impuestos para proteger la industrias sensibles del país ante el producto foráneo.
“El tema puede ser bastante delicado porque puedes dañar o afectar la industria local. Habría que ver hasta dónde el país está dispuesto a sacrificar ciertos productos por mejorar una relación comercial con un socio clave como EE. UU., versus poner en riesgo empleos y el desarrollo de la industria nacional”, analiza.
La buena noticia es que sí sería posible revisar a la baja ciertas partidas en las que la oferta norteamericana sirve como complemento del mercado local; los carros o productos tecnológicos que no produce Ecuador, por ejemplo.
No obstante, existen ciertos limitantes para lograr aquello. Eduardo Egas, presidente de Corpei y analista de comercio internacional, sostiene que para respetar las reglas del orden internacional, la vía es acelerar un acuerdo comercial o TLC con Estados Unidos, pues los gravámenes pueden moverse en función de tratados. De lo contrario, si se aplican rebajas al país norteamericano, debería hacerse lo mismo con aquellas naciones con las que no se tiene un acuerdo comercial.
En eso concuerda Ballén, quien precisa que Ecuador no puede poner aranceles unilaterales en cero solo para Estados Unidos. “Ese concepto no existe, hay que ir a hacer una negociación”, aclara.
El experto, sin embargo, sugiere tener prudencia a la hora de ceder ante una baja de tasas, pues recuerda que los aranceles mixtos son solo una parte del largo listado de barreras comerciales que el país norteamericano ha observado. “Lo principal es tener cautela, calma. Tener un frente negociador con EE. UU. para hacer lobby, porque todo el mundo está buscando hacer lo mismo, entraremos en fila; pero hay que estar preparados para tocar también otros temas fundamentales”.
Los analistas se refieren a las otras observaciones que hace la USTR, como el uso de la franja de precios, el mecanismo que se aplica en la Comunidad Andina para estabilizar los precios de importación de ciertos productos agropecuarios, una medida que Estados Unidos considera perjudicial para la oferta americana.
En la lista se enumeran otros temas, como las licencias de importación que el gobierno de Ecuador emite para productos agrícolas y no agrícolas de interés norteamericano; resoluciones fitosanitarias que frenan la comercialización de cierta oferta; y otras medidas que podrían tener un margen de negociación.
Pero a ello, dice Ballén, hay que añadir el análisis de otros ítems más delicados, como la falta de TBI (Tratados Bilaterales de Inversión) en Ecuador que permitían un arbitraje internacional, lo que, a ojos de EE. UU., siembra desconfianza entre los inversionistas. “El tema de arbitraje se ha intentado cambiar hasta en consulta popular... La Constitución establece que la solución de controversias de arbitraje internacional se la puede hacer solo a nivel interno o regional”, dice.
Otros temas que también deben debatirse son los programas de subsidios para ciertos productos, el cumplimiento de las normas de propiedad intelectual contra el contrabando y piratería, la transparencia en los procesos de compras públicas, la vigencia del Impuesto a la Salida de Divisas (ISD), considerado como un impuesto predatorio para el inversionista, entre otros aspectos.
Contexto
Política arancelaria. El pasado 2 de abril, Estados Unidos anunció su política arancelaria global, que incluyó un arancel recíproco del 10 % para Ecuador. Si bien este arancel tiene un impacto menor para el banano, el camarón y cacao ecuatoriano, significa una sobretasa para la oferta que no está protegida por un acuerdo comercial.
Déficit comercial. EE. UU. aplica esta medida para subsanar el alto déficit comercial que tiene con el mundo. Sin petróleo y derivados, en el 2024 el intercambio comercial tuvo un superávit para Ecuador de 2.306 millones de dólares, al registrar exportaciones por 5.043 millones e importaciones por 2.737 millones de dólares.
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