El auge del trabajo por factura agudiza la precarización laboral
La modalidad es legal, pero hay empresas que obligan al ‘freelance’ a cumplir jornadas de 8 horas o más
“Al principio nos dijeron que íbamos a estar por prestación de servicios tres meses y después de eso nos iban a dar un contrato definitivo. Han pasado seis meses y seguimos igual. (...) Trabajo de 06:00 a 12:00 de lunes a sábado”, asegura Abigail, fisioterapista que labora en un centro médico ubicado en el sur de Quito, que prefirió omitir su apellido para este reportaje.
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Pese a que fue contratada bajo la modalidad de prestación de servicios o bajo factura, la profesional tiene que cumplir horarios de trabajo, como un empleado bajo relación de dependencia. “No queríamos trabajar los sábados porque es cansado, pero nos dijeron que no, que ese es nuestro horario (...) Es muy complicado conseguir trabajo y eso nos recalcan aquí, que agradezcamos que tenemos trabajo”, añade Abigail.
Laborar bajo factura, también conocido como ser ‘freelance’, implica operar como un trabajador independiente, ofreciendo servicios o productos a clientes sin ser un empleado directo. Esto otorga autonomía en la gestión del trabajo y horarios, pero también conlleva la responsabilidad de emitir facturas, pagar impuestos y cubrir la propia seguridad social. Además, no se tienen beneficios laborales como vacaciones pagadas o afiliación al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), décimos y es posible trabajar con varios clientes a la vez.
Sin embargo, en algunos casos, esa figura comienza a desdibujarse. Empresas contratan bajo esa modalidad, pero exigen laborar en horarios a los trabajadores y cumplir otras reglas.
Marecela Arellano
“Jurídicamente, esto se llama simulación de una contratación laboral. Es decir, que a quien deberían contratar bajo el principio de derecho laboral, con todos los derechos adquiridos, es decir, un empleo pleno y formal, hemos migrado a una informalidad, que tratan de hacer formal a través de esta facturación”, explica Vanessa Velásquez, abogada en materia laboral.
Tras la crisis económica agravada por la pandemia de COVID-19, la contratación a ‘freelance’ ha sido una tendencia creciente. Este Diario pidió información estadística al Ministerio de Trabajo sobre este tipo de contratación, pero hasta el cierre de esta edición no hubo una respuesta.
Si bien no hay cifras claras, el crecimiento en el número del Registro Único de Contribuyentes (RUC) de prestación de servicios y servicios profesionales dan una idea de esta tendencia. De acuerdo a los registros del Servicio de Rentas Internas (SRI), estos han crecido entre el 5 y 13 % año tras año desde 2019.
Del otro lado, el número de trabajadores con afiliación al IESS logró recuperarse tras el desplome ocurrido tras la pandemia de 2020 recién en el tercer trimestre de 2023.
Daniel Dávalos
“Sí notamos que las empresas están reduciendo las contrataciones estables reemplazándolas con contrataciones fuera de Ecuador bajo modalidad remota y probablemente también bajo formalidades de servicios profesionales con la intención de mantener flexibilidad de desvincular sin indemnización por la inestabilidad económica del país”, aseguró Daniel Dávalos, cofundador de Selecta, consultora especializada en reclutamiento de talento humano.
Sofía, profesional de comunicación y relaciones públicas, cuenta que en los últimos años casi todas las ofertas de trabajo que ha tenido han sido para trabajar bajo factura y ha sentido que las condiciones han ido cambiando. En su anterior empresa le exigían laborar de manera presencial y cumplir un horario. “No te pueden exigir tantas cosas si trabajas con factura (...) Pero como no hay más opciones nos toca aceptar”, añade.
“Una cosa es servicio profesional y otra cosa es querer que una recepcionista también quiera pagarle con factura. Eso es ilegal, es una simulación y eso el Ministerio de Trabajo debería controlar”, añadió Velázquez.
La falta de una reforma laboral pesa
Para Marcela Arellano, presidenta de la Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Sindicales Libres (Ceosl), la simulación de contrataciones puede ser la explicación del argumento del Gobierno de creación de nuevas plazas de trabajo, pero que no se refleja en el aumento de afiliados a la seguridad social. “Si es que se plantea que hay un incremento (en trabajadores contratados)o el Gobierno nos está mintiendo o lo que está ocurriendo es generando empleo es evadiendo las responsabilidades de empleo decente”, aseguró la dirigente sindical.
Para Velásquez, el mercado de trabajo se está “flexibilizando a la fuerza” debido a la falta de una reforma laboral integral en el país, sobre todo luego de la pandemia. Sin embargo, la experta aclara que de todas formas, es ilegal. “Hemos migrado a esta informalidad por esta necesidad creciente de crear empleo y de vincular trabajadores, pero frente a una legislación caduca, inflexible, que no nos lleva a nada bueno”, concluye.
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