La baja inflación, la cifra de doble filo que alerta recesión
Ecuador está en el puesto 16 de economías con menor tasa. ¿Qué tan positivo es?
“Cuando las aguas están muy inestables, estas pueden llegar a desestabilizar cualquier barco hasta llegar a hundirlo, pero cuando el barco no se mueve o no avanza, esto también puede ser un indicador de que el agua se está secando”. Con esta metáfora, el analista económico, Byron Villacís, intenta explicar el efecto contraproducente que en Ecuador estaría teniendo la baja inflación: un 0,7 % calculado de enero a junio de este 2024, lo que lo ubica como uno de los países con menores precios de la región.
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Leer másUn ranking regional, elaborado por Bloomberg, ubica a Ecuador en la cola de países con precios altos (puesto 16), pero tener baja inflación, dice Villacís, exdirector del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), no significa que todo esté bien. Lo que importa, dice, “es cómo navegue el barco (la economía)”, y, en ese sentido, hay otros indicadores que hablan de lo mal que estamos: el lento crecimiento del PIB (1,2 % en el primer trimestre de este año) o la dificultad que se tiene para crear plazas de trabajo.
De la tasa de inflación se han agarrado los anteriores Gobiernos, y recientemente el actual, para afirmar que la economía va camino a reactivarse, pero los analistas señalan que esta cifra no puede verse de forma aislada. “Brasil y México reflejan inflaciones que no son tan bajas, pero son países que crecen a mejores niveles que nosotros, que tienen una economía que se está manejando de una forma en que se garantiza el bienestar de la gente”, sostiene.
Si bien este indicador, a nivel global es leído como una señal de estabilidad, acá refleja debilidad económica, coincide Larry Yumibanda, presidente del Círculo de Economía de Guayaquil. Y eso, sostiene, se explica por varios factores: “Vemos que China se desacelera, EE. UU. crece a cuenta gotas y lo mismo pasa con la Unión Europea, el ritmo este año es de desaceleración y eso golpea también a la economía ecuatoriana, porque hay una menor demanda externa, menor producción, menos empleo y, por ende, menos consumo interno en los hogares”.
A estas causas también suma otras internas como la subida al 15 % del Impuesto al Valor Agregado (IVA), la inseguridad que desestimula la dinámica del mercado y una disminución en la colocación de créditos de la banca privada. “Ahí ya hay varios factores que indican por qué la demanda empieza a caer y por eso caen los precios”.
Para los expertos, este escenario allana el camino a la recesión que viene anunciando el Banco Central del Ecuador (BCE). Más cuando ese incremento del PIB del primer trimestre es insuficiente y responde a la reducción de las importaciones en un 3,3 %, y a una variación positiva de las existencias (inventarios). “Esto último es como decir que tú tienes una tienda, y como la gente no compra, precisamente porque hay bajo consumo, lo que haces es mover tu stock a una bodega. Ese movimiento es el que se está registrando en Ecuador, las bodegas se mueven pero para aumentar stock. Gracias a eso el PIB crece, pero eso no es un crecimiento real porque no se debe a incremento del consumo, inversión, exportaciones o más venta de petróleo”, dice Villacís.
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Leer másRevertir esta pendiente, señalan los analistas, pende de la política de incentivo e inversión que adopte el Gobierno. Yumibanda anota la necesidad de bajar el IVA del 15 % al 13 %, tal como la ley le permite al régimen, “eso sería un alivio no solo para las personas sino para las empresas en materia de transporte”, dice.
Para Villacís, una salida urgente es un shot de inversión que inyecte liquidez rápida a la economía. En esto último concuerda Alberto Acosta, editor de Análisis Semanal, quien aboga por abrir la puerta a la inversión privada en los sectores estratégicos “donde hay monopolios estatales que han bloqueado el ingreso de la inversión privada, pero son precisamente sectores donde más capitales se pueden traer, como la minería, el petróleo y la electricidad”.
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