El Banco Mundial estima que Ecuador crecerá 4,3 % en 2022
La estimación para el país es la segunda mayor de América del Sur, únicamente superada por Colombia.
Ecuador tendrá un mejor desempeño económico en 2022. Así lo señala la nueva estimación del Banco Mundial, que fue divulgada este 7 de abril de 2022.
Según las proyecciones del organismo, el Producto Interno Bruto (PIB) de Ecuador crecerá 4,3 % al cierre de 2022. La cifra creció se incrementó en 1,2 puntos porcentuales frente a la cifra presentada en enero de este año. Para 2023 prevé una expansión de 3,1 % y para 2024 se prevé 2,9 %.
La cifra del Banco Mundial es mayor a la presentada por el Banco Central del Ecuador (BCE) la semana pasada. La entidad señaló que Ecuador crecerá 2,8 % al cierre de este año. No obstante, la entidad señaló que la meta del sector público y privado debe ser crecer 4 % en este año.
El crecimiento de Ecuador en 2022 estará por encima del promedio de la región, según las cifras del Banco Mundial. Luego de un rebote de 6,9 % en 2021, se espera que el PIB de la región crezca 2,3 por ciento este año y un 2,2 % adicional en 2023, logrando la mayoría de los países revertir las pérdidas de PIB que tuvieron lugar durante la crisis pandémica.
El crecimiento de Ecuador es el segundo mejor de América del Sur, tras Colombia, cuyo PIB subirá en 4,4 % en 2022, según el organismo.
Sin embargo, dice la entidad internacional, las modestas proyecciones colocan al crecimiento regional entre los más bajos del mundo en un momento en que la región enfrenta grandes incertidumbres, como la posible aparición de nuevas variantes del coronavirus, un aumento de la presión inflacionaria y la guerra en Europa, que amenaza la recuperación mundial. De hecho, la previsión de crecimiento regional fue revisada a la baja en 0,4 % tras la invasión rusa de Ucrania.
De acuerdo al informe, es imperativo poner en marcha una serie de reformas a favor del crecimiento en infraestructura, educación e innovación, y las inversiones más importantes deben financiarse a través de un gasto más eficiente y mayores ingresos fiscales. Pero estas reformas tan necesarias deben responder a los grandes acontecimientos que están configurando la economía mundial, incluido el cambio climático.
