El Biess, a cuatro meses de caer en cero liquidez

Los efectos del COVID han comenzado a amenazar lo más sagrado que tienen los ecuatorianos: la liquidez de los fondos, constituidos por los ahorros de los afiliados a la seguridad social. Según el Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (Biess), las consecuencias que la pandemia genera en el sistema deja a la entidad, hasta el momento, con la posibilidad de poder capear gastos solo hasta por 4 meses más. 

La primera alerta se encendió en marzo pasado, a través de un informe trimestral que la gerencia general del Biess hizo llegar el pasado 20 de abril a autoridades de Gobierno, de control y del propio Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). En el documento de 34 páginas, al que tuvo acceso EXPRESO, se detalla que hasta febrero, los activos de la entidad llegaron a sumar $ 20.463 millones, pero que de eso solo $ 485 millones eran disponibles.

Es desde esta cuenta de donde la administración todos los meses agarra recursos para paliar el déficit mensual que, antes de la pandemia, ya promediaba los $ 100 millones; es decir, la falta de recursos que la entidad tiene para llegar a cubrir los más de $ 450 millones que requiere para pagar a jubilados y las necesidades del sistema de salud que vienen incrementándose y marcando mayor presión en esta emergencia.

No obstante, esos fondos en breve podrían ser insuficientes, esto porque los ingresos mensuales del banco de $ 360 millones aproximados (por recaudación de pagos de créditos y aportes patronales) han empezado a bajar: solo en el primer mes de la pandemia, el cobro por préstamos hipotecarios y quirografarios llegó a caer un 22 %.

Estos detalles los explica días después Vinicio Troncoso, el gerente del Biess, tras una solicitud de entrevista. Sin embargo, antes en su informe, ya había hecho un llamado a todos, a empresarios y trabajadores, a ayudar a sostener la liquidez propia del sistema y a acelerar la discusión sobre reformas institucionales que requieren para blindar a la entidad de los riesgos de iliquidez que, ahora más que nunca, se han dejado notar en medio de esta pandemia.

La Seguridad Social, señala el informe, no cuenta con un paliativo para la inminente crisis de liquidez que puede afectar la atención “de más de quinientos mil jubilados y de la salud de todos”. Por ello se solicita al Directorio del IESS llegar a un acuerdo con el Gobierno Nacional para que se comprometa a aportar, a medida de su capacidad, con los recursos que por ley se exigen para el sistema. Se refiere a los cerca de $ 150 millones, correspondientes a la contribución del 40 % que el Estado realiza para garantizar la pensión de los jubilados, pero que por problemas de caja el Ministerio de Finanzas dejó de pagarlos desde octubre del año pasado.

Otra medida fundamental, añade, es elaborar con urgencia medidas regulatorias que permitan al sistema en un corto plazo hacer líquidos los demás activos del banco. El estudio cita además lo fundamental que es hacer que el Biess se convierta en una entidad independiente de cualquier Gobierno de turno, un pedido que Jorge Madera califica de “valiente” y oportuno. 

Madera, quien fue director del IESS entre el 2003 y 2004 (época en que aún no existía el Biess) admite que esa injerencia ha estado desde siempre, pero enfatiza en el asalto que el sistema ha venido sufriendo en los últimos años. Los problemas de liquidez que empiezan a aflorar, dice, se deben a las políticas dictadas, sobre todo por el Gobierno anterior, que mermó los fondos del banco, tras ampliar la atención de salud a familiares de afiliados, pero sin garantizar el financiamiento de este plan.

De acuerdo con el reciente informe del banco de los afiliados, ese y otros cambios han venido provocando en los últimos 13 años una descapitalización de $ 28.000 millones. De ahí que esta coyuntura de crisis es clave para repensar el rumbo de la seguridad social.

• DETALLES DEL INFORME

Los activos, recursos sin disposición. Según un informe trimestral, los activos totales del banco de los afiliados superan los $ 20.000 millones con un rendimiento en promedio que está por encima de la tasa actuarial establecida del 6,25 %. Pero de ese monto solo $ 485 millones son líquidos.

Diferir pagos, un escenario poco viable. El Biess habla del efecto del riesgo de diferir los pagos en 3 meses. Eso conllevaría, dice, a una disminución de ingresos mensuales de casi $ 200 millones, dejando un flujo negativo incremental para el mes de julio 2020 de $ 481 millones.

Reformas, aún con cambios limitados. En su informe trimestral, el Biess también da cuenta de las políticas internas que se impulsan y que están orientadas a mejorar eficiencias administrativas. No obstante, un pendiente son las reformas estructurales que se requieren.