La billetera móvil no despegó ni en manos del sector privado
Pequeños negocios, taxistas y cooperativas aseguran que su uso es escaso. Los usuarios prefieren las propias aplicaciones de las entidades financieras
Una sola transacción. En Fast Cleaning, una lavandería de Quito, solo han recibido un pago a través de la billetera móvil (BIMO) desde enero de 2021, cuando comenzaron a usar el sistema.
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Leer másEl negocio, que da su testimonio en las redes sociales de BIMO sobre la adopción de este medio de pagos, dice que ya no usa la plataforma por la falta de demanda de los clientes.
En octubre de 2019, BIMO inició sus operaciones como un sistema para transacciones pequeñas de los bancos privados y algunas cooperativas.
“Los bancos priorizaron sus propias aplicaciones (...) Está todavía operativa la plataforma, pero prácticamente con poquísimo uso, casi nada de uso”, manifestó Pablo Narváez, quien fue gerente de Banred hasta el año pasado e implementó el sistema.
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Leer másLa propuesta de BIMO surgió en 2017, tras la disposición del expresidente Lenín Moreno de pasar el proyecto de dinero electrónico, que estaba en manos del Banco Central del Ecuador (BCE), a entidades privadas.
Durante el mandato del expresidente Rafael Correa, el proyecto de dinero electrónico fue cuestionado desde diferentes sectores por el temor de la implementación de un sistema de dinero paralelo al dólar.
El sistema llegó a su fin el 31 de marzo de 2018 y la propuesta pasó a los bancos privados. Luego de más de un año, en octubre de 2019, las entidades financieras presentaron BIMO, bajo la operación de Banred, la plataforma de cajeros y transacciones de las entidades financieras privadas.
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Leer másEn principio, BIMO buscó incentivar su uso sobre todo en pequeños negocios. Por ejemplo, se realizaron alianzas con cooperativas de taxis.
“No están utilizando el sistema”, aseguró Eduardo Andrade, presidente de la Asociación de Taxistas del Azuay. Cerca de 1.000 taxistas disponen del medio de pagos, el cual se implementó en 2020 para evitar el contacto con dinero físico para evitar los contagios de COVID.
“La falta de comunicación y de información ha dado paso a que la gente deje a un lado (BIMO)”, argumentó Andrade.
Algunas grandes cooperativas también se unieron a la iniciativa y otras implementaron un sistema parecido: BICO (Billetera de las Cooperativas).
“Lamentablemente no ha logrado posicionarse ninguna de las dos, ni BIMO ni BICO, por diversos factores”, recalcó Édgar Peñaherrera, gerente general de la Red de Integración Ecuatoriana de Cooperativas de Ahorro y Crédito (Icored).
Una de las causas es que las personas prefieren realizar transferencias con las mismas aplicaciones que las cooperativas han implementado, indicó Peñaherrera.
La Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca) no responde al consultarle por qué no se consolidó BIMO, pero sostiene que las entidades financieras han potenciado sus propias aplicaciones para realizar transacciones.
Está operando con bajísimo perfil y los bancos han impulsado sus aplicaciones.
Pese al poco éxito de BIMO, las transacciones digitales crecieron. Según los últimos datos recopilados por Asobanca, en 2020 las transacciones bancarias realizadas en canales de banca digital crecieron un 32 % con relación a 2019. En 2021, algunos bancos han reportado un incremento de hasta el 80 % frente a 2020.
Hasta 2020, según Narváez, BIMO sumó 104.000 usuarios. EXPRESO buscó datos actuales de Banred y la compañía informó que su gerente estará disponible en dos o tres semanas.