sector camaronero
Nuevos inversores están en busca de áreas fértiles. Se aprovecha zonas con agua de muy baja salinidad.Archivo / Expreso

El camarón se adentra en los cantones

Yaguachi, Milagro, Samborondón son las zonas elegidas para las nuevas inversiones. La producción es mayor por la elevada cantidad de larvas sembradas

Un equipo enorme de maquinarias -volquetas y retroexcavadoras- trabaja a sol y sombra entre el cruce de Milagro y Tres Postes, en la provincia del Guayas.

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Aurelio Álava vende arroz crudo en la vía y señala que se viene el desarrollo para una zona donde solo se producía caña de azúcar y arroz, productos que, por la caída de precios, ha dejado de ser rentable. Se anima por esta situación.

Kléber Sigüenza incursionó en camarón hace seis años. “La curva de aprendizaje es larga”, dice. Pero con ese ‘know how’ explora nuevas posibilidades en zonas de cero o baja salinidad, donde ya ha tenido éxito.

Lograr sacar buenas productividades con costos de producción controlados que permiten una rentabilidad buena cuando el precio está alto y por los menos salir    tablas cuando el precio esté bajo es la clave en un sector como el acuícola, que hoy goza de buenos precios.

Él ha logrado un equilibrio en áreas de Taura hasta Naranjal (en Guayas), de muy baja salinidad. Pero Robert Vera, acostumbrado a producir camarón incluso en Balzar, sostiene que Salitre, Samborondón, Daule son áreas muy atractivas porque tienen la influencia de la marea y la salinidad puede llegar a 5. En el mar la salinidad llega a 30.

Sigüenza tiene “la inquietud de mirar nuevas áreas”, pero la realización de los proyectos depende de una serie de factores, por ejemplo, conseguir los terrenos adecuados.

Ha logrado en cultivos de baja salinidad o de agua dulce producciones de entre 6.000 y 10.000 libras por hectárea por ciclo. El tema de disponibilidad de capital y costos de ese capital son relevantes para concretar algún proyecto nuevo.

TIERRAS ALTASEn 2018 en el Ecuador había 1.524 piscinas, las mismas que ocupan 132.206 hectáreas, y están presentes en las provincias de Esmeraldas, Manabí y Guayas.

Robert Vera ve una amplitud    en zonas donde hay incluso algo de salinidad, que sube durante el verano. Por ejemplo, en Tarifa, Samborondón, “donde hasta jaiba se ve”. Durán es otra opción, por eso, dice, el grupo Produmar y la familia Zambrano han logrado expandirse. El primero tiene miles de hectáreas en varios sitios, pero Cofina cuenta ya con 60 hectáreas cultivadas.

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El área ocupada en el Ecuador por la industria camaronera    es de unas 240.000 hectáreas, unas 30.000 más en los últimos tres años.

El 61 % de las camaroneras    está ubicado en zona de playa y 39 % en tierras altas, por eso la provincia con la mayor extensión de camaroneras es Guayas, con el 66 % del total nacional, seguida por El Oro, Manabí, Esmeraldas y Santa Elena.

En Nobol también hay camaroneras, una de ellas de la familia Ledesma. Allí la pelea es con el caracol, porque al agua dulce se le pone carbonato.

Aunque en esa baja salinidad, dice Sigüenza, en los modelos semiintensivos, la conductividad eléctrica que necesita el camarón se la consigue con alimentos compensados permiten alimentarse bien en condiciones de baja salinidad.

Según dice Vera, las camaroneras que se instalan en Yaguachi por ejemplo, tienen para tomar mucha agua de los ríos Yaguachi y Babahoyo. En estas zonas, para sacar un camarón de buena calidad, deben tener buena calidad de agua, por lo tanto, al liberar de nuevo esas aguas al río, estas salen depuradas. “Es importante que se conozca los meses donde se logran mayores productividades por el clima y esos meses son octubre, noviembre y diciembre, donde la producción es más estable”.

Para Julio Carchi, de Daule, el problema en esa zona es que los arroceros quieren vender la tierra a un precio alto.

  • CINCO CLAVES PARA ZONAS DE BAJA SALINIDAD

EL MATERIAL. Larva bien aclimatada. Uso de alimento preparado y especializado para agua dulce. Fermentos bacterianos para tener el pH no mayor a 7.6.

EL AGUA. Construir muros altos para que haya una mayor masa de agua. Tener buen drenaje y buen reservorio para hacer una buena recirculación y cosecha.

LA CALIDAD. Inducir el crecimiento de las algas café (diatomeas) que son biofiltrantes y    le dan buen sabor a mar al camarón. No usar químicos antibióticos y cal.

AIREACIÓN. Siembra de hasta 300 mil larvas por hectárea y tener los aireadores adecuados. Implementar energía para el uso de aireadores eléctricos.

EL TAMAÑO. Es mejor construir no menos de 15 a 30 hectáreas para que sea viable económicamente, así se logra amortizar las inversiones en menor tiempo.