El camarón local, ¿un as bajo la manga de China?

China se ha quedado sin argumentos. Tras admitir que las trazas genéticas halladas en los envases de camarón ecuatoriano no son contagiosas, al comercio ecuatoriano le surge la suspicacia de pensar en que la restricción en las importaciones del gigante asiático responde a una estrategia con resultados para su beneficio sin perjuicio de afectar a Ecuador.

Quienes conocen y trabajan en esta industria hablan de la presión que hoy en día existe en el mercado chino para lograr que las autoridades de ese país prioricen un espacio para la producción local, en medio de un contexto de menor demanda, como efecto de la pandemia. De ahí que, para Roberto Boloña, gerente de Soluciones Acuícolas y quien conoce más de 30 años esta industria, no sea tan descabellado pensar que la restricción de compras de productos extranjeros, no solo del camarón, sino de otros como la carne brasileña o el salmón chileno, tenga como fin dejar la importación en segundo plano. “Lo que sabemos es que los chinos están desesperados por defender su camarón y que existen quejas por la cantidad de camarón que está ingresando. La sobreoferta les baja el precio a ellos”.

Una estrategia que, de confirmarse, intranquiliza a los exportadores. Gustavo Cáceres, presidente de la Cámara de Comercio Ecuatoriano-China, admite que el anuncio del Gobierno chino de aplicar una suspensión temporal a tres empresas proveedoras de camarón, dueñas del cargamento investigado, fue apresurada y que si no se reversa a tiempo podría generar un efecto negativo en las ventas. “Anuncios de este tipo crean dudas en los consumidores. De cada tres camarones que se producen en el país, dos se van a China, de tal manera que estos comentarios sí pueden afectar al comportamiento de la demanda”, dice. Tal como está pasando ya en Chile, donde se denuncia que las compras asiáticas de salmón, al cual el gigante también aplicó una restricción por temas sanitarios, han caído casi a cero.

La expectativa del Gobierno ecuatoriano y de todos, añade, es que las autoridades chinas levanten la restricción sobre las tres empresas (que mueven cerca del 30% de la exportación que va a ese país), “dejando claro que no se encontraron restos activos del virus y que el camarón es un producto que se puede seguir consumiendo de forma normal y sana”.

Francisco Ballén, exviceministro de la Política de Comercio Exterior, menciona que Ecuador tiene una gran ventaja para defenderse y esta es la declaratoria que ya han emitido diferentes organismos como la Organización Mundial de Salud, la FAO o el Instituto Nacional de Pesquería de Estados Unidos respecto a que no existe riesgo de contagio de COVID, a través de envases de alimentos. Con esto, dice, se evitaría cualquier “abuso o chantaje” en la relación con China que, en el caso de Ecuador, no se limita al plano comercial. “No se olviden que está en negociación, también, una línea de crédito por 1.400 millones de dólares; China ha planteado en principio tener un nuevo contrato de 50 millones de barriles de petróleo”. Ballén tampoco descarta un manejo estratégico cuando existen temas como estos. El gigante, apunta, “tiene estos instrumentos y los puede usar de manera conjunta”.

La Organización Mundial de Comercio sí contempla este tipo de obstáculos técnicos al comercio, pero por el tiempo y ante la falta de argumentos de China, indica, lo más probable es que termine resolviéndose en una reunión bilateral que ojalá sea en los mejores términos. El presidente de la República, Lenín Moreno, en una visita a una camaronera, reiteró que los diálogos con el país asiático ya han iniciado y que las exportaciones del país son seguras, por los estrictos controles de bioseguridad que se les aplica.