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Por la pandemia hay negocios que cerraron. Otros locales se están alquilando.  CHRISTIAN VASCONEZ / EXPRESO

El bajo consumo de energía delata el lento avance de la economía

Los registros de CNEL indican que la demanda de electricidad aún está lejos de alcanzar los niveles prepandemia. El sector comercial sigue rezagado

Si un termómetro sirve para reflejar qué tanto le sube la fiebre a un paciente con COVID, el consumo de energía es la vara que mide cómo avanza el ritmo de recuperación económica de un país. Y viéndolo así, el diagnóstico de Ecuador no es tan alentador, pues la demanda (aun después de un año de la pandemia) está en niveles mínimos. De octubre pasado a enero de este año, la facturación de energía en los hogares mantiene su incremento, la de la industria se recupera, pero la del comercio sigue estando rezagada. Una dinámica que unida no logra alcanzar ni el 1 % de aumento.

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La realidad se refleja en los registros de energía que factura la Corporación Nacional de Electricidad, CNEL EP, responsable de distribuir el 50 % a nivel nacional, en provincias como Guayas, Los Ríos, Manabí y El Oro. Si se toma en cuenta el reporte de marzo a septiembre del año pasado, los meses más críticos de la crisis sanitaria caracterizados por la restricción de movilidad y cierre de negocios, se tiene que la demanda llegó a los 7,2 millones de megavatios-hora (MWh), versus los 7,5 millones de igual periodo del año previo; es decir, un 4 % menos. Con excepción del sector residencial (el único que creció un 8 % por la obligación de que la gente se quede en casa), todos los demás decrecieron, pero fue el comercio el que mayor retroceso presentó, tras caer casi un 20 %.

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Conozca el detalle de la evolución de la demanda.Expreso

Por su mayor caída, este es el nicho productivo al que más le está costando recuperarse en etapa pospandemia (de octubre    de 2020 a enero de este año siguió a la baja con un 8 %) y el que agudiza el pobre crecimiento de la demanda general de energía (0,87 %). Una situación que, a criterio de expertos, da cuenta de que es poco cierto que el país está por consolidar su recuperación económica. “Normalmente, la demanda de energía en el país siempre está en aumento, por el desarrollo de la industria o la llegada de nuevos negocios o comercios. Ese incremento que hoy no llega al 1 % podría deberse a eso, más que a un incremento por recuperación”, sostiene Raúl Intriago, especialista eléctrico y exgerente de Distribución de CNEL.

Intriago explica que antes de la crisis, el consumo de energía crecía más de un 2 % anual, pero si se revisa el comportamiento del último año (entre enero de 2020 y enero de 2021) se tiene que la facturación no creció, sino que decreció un 3,2 %.

En el primer mes de este año, el sector residencial siguió reflejando incrementos en su demanda (3 %) y la industria logró salir del bache para crecer un   7,4 %. No obstante, el epicentro del problema siguió siendo la debilidad que aún tienen los negocios que ofertan productos y servicios y que en estos últimos meses, por restricciones de aforo y de consumo de hogares, no han podido retomar sus jornadas laborales normales.

La lentitud de la recuperación del sector comercial, explica Miguel Ángel González, presidente de la Federación de Cámaras de Comercio del Ecuador (Fedecámaras), podría responder a tres factores. El primero es que las estadísticas de energía eléctrica incluyen al sector turístico dentro de la oferta comercial, un segmento que claramente no ha podido reactivarse por la falta de viajeros. Otro factor que evita que el comercio tome más fuerza son las restricciones que se siguen aplicando para mermar los contagios (límites de horarios y de aforo). “El COE cantonal, por ejemplo, aún mantiene el aforo de restaurantes al 50 %”, medida que dificulta que ciertos locales retomen sus actividades. “Mientras esto persista, el comercio no puede actuar en su máxima capacidad”. Y en la caída del sector también contribuye, dice González, el hecho de que muchos comercios migraron a lo digital, prescindiendo de espacios físicos y, por ende, de un mayor consumo eléctrico.

Según él, las ventas que reporta el país están en sintonía con la realidad que muestra CNEL. Hasta octubre de 2020, precisa, la brecha de las ventas mensuales nacionales con respecto a las de octubre de 2019 era de $ 1.050 millones; pero en enero de este año esa brecha se incrementó a $ 2.089 millones. En el sector comercial, alega, pasó igual. “Esta subió de $ 131 millones a $ 541 millones”.

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Esta realidad que se muestra entre la prepandemia y la pospandemia es un indicador de que el retorno a la antigua normalidad podría tomar más tiempo del que se cree. La actual inestabilidad política (con un proceso electoral que genera incertidumbre) pesa en estos resultados, opina, pero también el lento proceso de vacunación. “En el país apenas tenemos dosis para vacunar a 146.000 personas, menos del 1 % de la población. En Chile las dosis ya fueron distribuidas al 20 % de su gente y al menos el 40 % ya ha recibido una”, enfatiza González.

  • LA REALIDAD 

POR CIUDAD. De marzo a septiembre del año pasado, Guayaquil fue la ciudad que reflejó la mayor caída de facturación de energía, con un      9,46 % menos. Hasta enero del presente año, se mantuvo con una caída del 3,11 %.

POR SECTOR. Fue el sector comercial el que reportó una menor facturación en los meses más críticos de la pandemia, con un 19,48 %; mientras que el industrial retrocedió 7,65 %. Este año el comercio sigue a la baja, con un 7,82 %. El sector residencial creció un 2,6 %.

MAYOR OFERTA. Hasta enero de este año, la energía disponible de CNEL sumaba    1,4 millones de MWH, pero en ese mismo mes se facturaron 1,1 millones. Esto habla de una capacidad poco aprovechada por los sectores productivos.