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La directora del FMI, Kristalina Georgieva, dio un balance preliminar de la situación económica mundial.Cortesía.

Crisis del coronavirus: La recuperación económica en 2021 puede ser parcial

Según el Fondo Monetario Internacional, 170 países presentarán crecimiento negativo per cápita en 2020

La mañana de este 9 de abril de 2020, la directora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva,  realizó un balance de la situación económica global, tras la crisis del coronavirus que actualmente golpea al planeta. 

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Georgieva señaló que no cabe duda de que 2020 será extraordinariamente difícil. Si la pandemia se disipa en el segundo semestre del año —lo que permitiría un levantamiento gradual de las medidas de contención y la reapertura de la economía— la hipótesis del FMI de base es que se producirá una recuperación parcial en 2021. 

“Pero, de nuevo, subrayo que existe una tremenda incertidumbre en torno a las perspectivas: podrían empeorar en función de muchos factores variables, incluida la duración de la pandemia. Y, lo que es fundamental, todo depende de las medidas de política que adoptemos ahora”, dijo la funcionaria. 

Lo que ya está claro, sin embargo, señaló la directora del Fondo, es que el crecimiento mundial se tornará marcadamente negativo en 2020, como se verán en las Perspectivas de la economía mundial que presentará el organismo la próxima semana. “De hecho, anticipamos las peores secuelas económicas desde la Gran Depresión”, añadió. 

“Hace tan solo tres meses, esperábamos para 2020 un crecimiento positivo del ingreso per cápita en más de 160 de nuestros países miembros. Hoy, ese número ha dado un giro de 180º: ahora proyectamos que más de 170 países experimentarán un crecimiento negativo del ingreso per cápita este año”, sentenció Georgieva. 

Estas desalentadoras perspectivas conciernen tanto a las economías avanzadas como a las economías en desarrollo. “Esta crisis no conoce fronteras. Ha afectado a todo el mundo”, añadió la directora del FMI. 

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Georgieva mencionó cuatro puntos que se deben tomar en cuenta para combatir a la pandemia en estos momentos: 

  1. Continuar con las medidas de contención imprescindibles y respaldar los sistemas sanitarios. Algunos afirman que existe un conflicto entre salvar vidas y preservar los medios de vida. Yo digo que este dilema es falso. Dado que se trata de una crisis pandémica, es necesario derrotar al virus y proteger la salud de las personas para alcanzar la recuperación económica. Así pues, el mensaje es claro: dar prioridad al gasto sanitario para pruebas de detección y equipamiento médico, pagar a médicos y enfermeros y asegurar que los hospitales y las clínicas de campaña puedan funcionar. Para muchos países —en especial los de economías emergentes y en desarrollo— esto implica reasignar cautelosamente los recursos públicos limitados. También implica aumentar el flujo de recursos hacia estos países. Esto incluye el flujo de bienes vitales: debemos minimizar los trastornos en las cadenas de suministro y, con efecto inmediato, no aplicar controles a las exportaciones de suministros médicos y alimentos.
  2. Proteger a las personas y empresas afectadas con medidas fiscales y para el sector financiero que sean amplias, oportunas y focalizadas. Esto depende de las circunstancias de cada país, pero incluyen aplazar el pago de impuestos, otorgar subsidios salariales y transferencias monetarias a los grupos más vulnerables; ampliar el seguro de desempleo y la asistencia social, y ajustar temporalmente las garantías de crédito y las condiciones de los préstamos. Algunas de estas medidas se han adoptado en la primera ola de apoyo de política económica. Muchos países ya están trabajando en una segunda ola de medidas. Es imperativo tender un salvavidas a los hogares y las empresas. Debemos evitar que las presiones de liquidez se transformen en problemas de solvencia y evitar cicatrices en la economía que dificulten mucho más la recuperación .
  3. Reducir la tensión del sistema financiero y evitar el contagio. Los bancos han acumulado más capital y liquidez en la última década, y su resiliencia se pondrá a prueba en este entorno en rápida evolución. El sistema financiero se enfrenta a presiones significativas, y el estímulo monetario y los mecanismos de suministro de liquidez desempeñan un papel indispensable. Muchos países han reducido las tasas de interés. Los principales bancos centrales han activado líneas de swap y han creado nuevas líneas para reducir la tensión en los mercados financieros. Aumentar la liquidez para un grupo más amplio de economías emergentes proporcionaría un mayor alivio. Lo que es muy importante, también aumentaría la confianza.
  4. Planificar la recuperación. También a este respecto debemos reducir al mínimo los posibles efectos de las cicatrices de la crisis tomando medidas de política ahora. Para ello es necesario analizar con cautela cuándo flexibilizar gradualmente las restricciones, sobre la base de evidencias claras de que la epidemia está retrocediendo. Cuando las medidas para estabilizar la economía se consoliden y las empresas comiencen a normalizarse, necesitaremos movernos con rapidez para impulsar la demanda. Será fundamental un estímulo fiscal coordinado. Donde la inflación siga siendo baja y esté bien anclada, debería mantenerse una política monetaria laxa. Quienes tengan más recursos y espacio de maniobra para la aplicación de políticas tendrán que hacer más; los otros, con recursos limitados, necesitarán más apoyo.