El costo del maíz presiona al alza el valor del pollo y cerdo
Productores hablan de incrementos de costos en finca que van entre el 10 y 15 % por libra. Piden revisar inventarios del grano para dar paso a la importación
La advertencia de gremios avícolas y porcícolas de un incremento de precios de sus productos ya es una realidad que se vive en las fincas. El encarecimiento de insumos como el maíz, el aceite de palma y la soya que se utilizan para elaborar el balanceado que alimenta a pollos y cerdos, ha generado una subida en los costos de producción que ya han empezado a repercutir también en los valores que debe pagar el consumidor final.
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Leer másLa ola inflacionaria que afecta a este sector empezó con las consecuencias que viene dejando la pandemia, la guerra entre Rusia y Ucrania y el alza de petróleo, pero en estos últimos meses, cuentan los productores, esto se ha venido agudizando con el alto costo que deben pagar por el quintal del maíz (se oferta hasta en $ 23, pese a que su valor oficial es $ 15,57), la principal materia prima para alimentar a sus animales. Así lo explica Diana Espín, presidenta de la Corporación Nacional de Avicultores del Ecuador (Conave), quien junto a otros gremios trabaja en la medición del impacto general que está teniendo este escenario. La idea, dice, es fijar los incrementos que se tiene por cada dólar que ha venido subiendo el costo del grano.
No obstante, productores de finca aseguran tener ya una referencia de lo que pasa con base en las actividades que realizan. Ernesto Freire, director de planta de alimentos Aliforte, que maneja también una línea de producción de pollos, asegura que solo este año sus costos de producción ya han subido entre un 15 y 20 %. “En plena cosecha de maíz pensábamos tener un precio razonable, pero lo que ha sucedido es lo contrario. Vamos camino a comprar hasta un 50 % más caro”, dice este industrial, quien teme que la escalada de precios siga sin freno y que las pérdidas en el sector se sigan acumulando. Al ser el pollo una oferta competitiva, elevar los valores de la venta final no ha sido la estrategia. En granja, la libra de un pollo vivo está en $ 0,83, $ 0,10 más de lo que se vendía a inicios de año. “Eso significa un 10, 15 % más, dependiendo del producto, pero está por debajo de los incrementos que nosotros estamos teniendo. Eso quiere decir que ya estamos teniendo pérdidas”.
Igual situación reporta Édgar Navarrete, quien mes a mes ha tenido que usar más recursos para alimentar las 160.000 gallinas ponedoras que tiene en su finca. Si antes gastaba $ 400 por la tonelada de alimento, dice, ahora debe destinar hasta $ 580. Eso, asegura, también se ha traspasado al costo de la cubeta de esta proteína. A finales del año pasado, él la vendía en $ 2,40 a comerciantes mayoristas, hoy ese valor está entre los $ 3,25 y $ 3,30. “Siempre hay quejas cuando se sube el precio, pero parece que esta vez hay menos oferta de huevos y por eso es que hemos podido subir, porque si nos mantenemos en los precios que teníamos hace 6 meses, ya no habría avicultores en el país, hubiéramos quebrado”, señala.
El sector porcícola no es la excepción dentro de este contexto inflacionario. Estefanía Loaiza, directora ejecutiva de la Asociación de Porcicultores del Ecuador (ASPE), sostiene que hasta el momento, con la saca de maíz en $ 23, el costo de producción en su industria ya ha llegado a elevarse hasta un 12 %, lo que ha repercutido también en un 9 % más en el precio que debe pagar el consumidor final. “Cada vez que se eleva $ 1 el precio del maíz, nos está subiendo a $ 0,04 por libra, uno diría que esos centavos no son mucho, pero si se observa la evolución, el alza es considerable. Con una saca de maíz de $ 17, la libra de cerdo se vendía en $ 1,82, ahora pagando $ 23, el ecuatoriano ya debe pagar $ 1,98”.
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Leer másEl temor es cuánto más pueda subir y que el encarecimiento pueda llevar a una migración mayor del consumo. Si se pone más caro puede haber menor demanda y con ello afectar a más de 163.000 porcicultores que viven de esta actividad, el 94 % de ellos productores pequeños.
Espín señala que aún están a la espera de que el Gobierno atienda el pedido de la industria de volver a abrir las importaciones de maíz. No hacerlo, significaría mayores esfuerzos del sector por tener que asumir más pérdidas. Hoy, dice, la empresa hace lo posible para frenar el encarecimiento, “pero habrá un punto en que ya no se pueda absorber eso”.
- PROBLEMA SIN SOLUCIÓN
Consultado por este Diario, el ministro de Agricultura y Ganadería (MAG), Bernardo Manzano, señaló que no se darán permisos de importaciones de maíz, si la cosecha que está por salir del mercado no es absorbida por la industria. No obstante, los industriales han dicho que eso está garantizado. Aclaran que el pedido ahora es que el ministerio verifique la disponibilidad de la oferta y se programe con tiempo una compra externa para evitar que el precio siga subiendo y un futuro desabastecimiento. La menor siembra de este año y los efectos de plagas, admiten los maiceros, podrían hacer bajar los volúmenes de cosecha entre un 35 y 40 %.