La COVID le da una estocada mortal a la venta de arte local
Varias galerías del país anunciaron su cierre o su reestructuración a través de lo digital o el crowdfunding. El mercado generaba ventas de $ 30.000.
En ocho años, Ecuador pasó de contar con 25 galerías de arte a tener 13. La creciente inestabilidad económica y las trabas para generar ingresos estables fueron algunos de los factores que afectaron a este mercado, bastante reducido incluso en sus mejores épocas. La pandemia, sin embargo, ha pisado el freno a la difícil subsistencia de estos espacios culturales, que han anunciado, en varios casos, la reestructuración de sus servicios o su cierre definitivo.
Una de ellas es la galería Violenta, en el Puerto Principal, que cesó sus actividades en abril, tras tres años de labores. “Después de la cuarentena, vimos que sostener el espacio ya no era una posibilidad, porque no estábamos generando ingresos. Nuestra apuesta fue mudarnos a lo digital y desde ahí lanzar ‘Tiempo violentos’, una propuesta netamente web para promover a artistas emergentes e incentivar el coleccionismo, pero en pequeños y medianos formatos, con precios mucho más accesibles en tiempos de crisis”, señaló David Orbea, copropietario del lugar.
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Leer másSegún él, la venta de obras pasó de valores que superaban los $ 1.500 por lienzos en gran formato, a dibujos, litografías, y demás con un costo máximo de $ 300. El espacio donde funcionaba la galería se convertirá en el Taller Maldonado, un sitio de creación para artistas emergenctes, que será manejado por Tayron Luna y Leo Moyano.
El microcosmos de Violenta se ve reflejado en otros espacios, entre ellos DPM, también en Guayaquil.
David Pérez McCollum, quien fundó el lugar hace dos décadas, estima una reducción del 50 % de las ventas en un mercado que anualmente, según datos de 2017 sobre las industrias culturales a nivel nacional, generaba entre $ 20.000 y $ 30.000 al año. “Cuando hay una baja en el PIB y una reducción en los ingresos, la gente no compra arte, porque lo ve como un extra. Quienes seguirán comprando, aunque de manera mucho más restringida, serán los coleccionistas”, explicó. Al igual que otros espacios, DPM también cambiará su formato de exposición, cerrando sus puertas a las muestras y volcándose al catálogo digital y a las citas privadas.
Otras galerías han apostado por reestructurar su modelo de financiamiento, entre ellas No Lugar, en la capital, que ha lanzado un crowdfunding y activado las residencias in situ para mantener sus actividades.
Así lo explicó Pancho Suárez fundador del sitio. "Planteamos este fondo de emergencia, la venta de obras de 40 artistas, más la residencia La Casa En El Aire. La idea era sustentar el proyecto, y ver cómo nosotros, como espacio, podíamos también apoyar al sector (...) Mientras dure la situación sanitaria no tenemos claro cómo o cuándo nos reactivaremos. El futuro es incierto".
Khora, también en la capital, anunció su cierre a inicios de julio; mientras que en la galería El Mirador, de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, no se sabe qué sucederá con su agenda. Así lo reiteró su directora, Marina Paolinelli: “Dadas las difíciles circunstancias económicas, no sabemos cómo quedará el presupuesto del Centro de Difusión Cultural, o si podremos retomar nuestras actividades en septiembre”.
Más (+) Arte, uno de los espacios más populares de Quito, retomó sus actividades a inicios de mes, pese a la pandemia, con una exposición del reconocido artista Patricio Palomeque. La propietaria del sitio, Gabriela Moyano, acepta que será difícil reactivar el funcionamiento de este espacio tal como era antes de la emergencia sanitaria, pero es optimista.
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Leer más“Por ahora dividiremos el espacio y alquilaremos la mitad para solventar los gastos de la galería. Hay otras propuestas en curso, como la de representar a artistas específicos, que antes no hacíamos, para poder tener una estabilidad. Aun así, creo que el mercado local se podrá mantener activo, y a nosotros nos tocará adaptarnos para poder seguir”, dijo.
El Teatro Centro de Arte puso en venta su reserva
A mediados del mes pasado, el Teatro Centro de Arte, el más antiguo del Puerto Principal, anunció la venta de los cuadros y esculturas de su reserva. Su directiva reconoció que esta fue la última opción a su haber para generar recursos. Estos se comercializan desde los $ 100 hasta los $ 15.000.
Este último valor correspondía a un lienzo del afamado pintor Enrique Tábara, que se vendió el mes pasado. Y aunque el monto parece alto, hasta antes de 2017 una pieza de este artista podía comercializarse entre $ 22.000 y $ 25.000. El catálogo también ofrece a precios más bajos obras de los artistas Yela Loffredo de Klein, Félix Aráuz, Jaime Villa y Pepe Luque.
La Fundación Guayasamín apuesta por las serigrafías
“Con más de 100 días cerrada (y sin recibir ninguna ayuda del Estado), la Fundación Guayasamín no tiene la posibilidad de ejercer su actividad económica. Por esta razón ha sido inevitable que estemos atravesando por uno de los momentos más difíciles de nuestra historia de más de 45 años de vida institucional”, señaló el espacio que rinde homenaje al pintor Oswaldo Guayasamín.
Por ello, la fundación decidió poner en venta tres serigrafías con la firma impresa del artista. Estas, copias de la original, tienen una edición limitada de 500 ejemplares, a un valor de $ 25 cada uno. El espacio, incluso, optó por facilitar la entrega a domicilio.