Crecimiento, un pilar endeble que deja pendientes en el 2022
El Gobierno cierra el 2022 con varias promesas aún incumplidas en materia económica. Sin expansión, dicen analistas, no hay inversión, empleo, bienestar.
El año termina con un abanico de cifras que hablan de una recuperación económica, reflejada sobre todo en un récord en ventas ($ 200.000 millones) y una de las tasas de inflación más bajas de la región (3,64 %, nov). Algunos analistas económicos reconocen el desempeño, pero lo catalogan como superficial y poco o nada contundente para hacer sentir a la ciudadanía que el Ecuador está por mejor camino.
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Leer másLa principal deuda que el Gobierno deja tras el cierre del 2022, según coinciden los expertos, es no haber apuntando a un crecimiento de fondo que permita al país resolver pendientes tan básicos como un mayor arribo de capitales frescos y la creación de más empleo pleno. Un factor clave para lograrlo, recuerda Alberto Acosta, economista y editor de la revista Análisis Semanal, debió ser un impulso a la inversión, aquella vieja promesa gubernamental que sigue sin cumplirse. “No por ser el único país de derecha de la región, significaba que los capitales iban a venir, nada se logra con un discurso bonito. Eso es falso y lo estamos viendo. La inversión se atrae solo con hechos objetivos”, como el lograr que un país tenga una simplificación de trámites que, pese a los pedidos insistentes de las empresas, acá no termina de concretarse; igual pasa con la apertura de mercados o el conseguir una reforma financiera para que bancos internacionales arriben al país a competir o la estabilidad tributaria y una reforma laboral que faciliten la contratación.
Nada de eso, dicen, se ha dado y si eso no se consigue difícilmente el país podrá atraer capitales que generen una mayor dinámica económica que resuelva el alto desempleo que tiene el país. “Ese sigue siendo un tema crítico, hoy en día, la tasa de desempleo mejora, pero seguimos teniendo 600.000 empleos adecuados menos de los que existían en el 2014, aún estamos alejados del pasado”, señala Acosta. Para Jaime Carrera, director del Observatorio de la Política Fiscal, justamente la falta de crecimiento es lo que está impidiendo sacar de la informalidad laboral al 50 % de la población económicamente activa y rescatar de la pobreza a 5 millones de habitantes que aún siguen viviendo con $ 84 al mes.
Si bien ha sido un año de recuperación, esta recuperación ha sido superlenta, la situación del empleo sigue siendo crítica. La economía debe crecer más rápido, la vía debe ser más inversión.
Carrera coincide en que hay que trabajar en la atracción de la inversión, pero previo a eso, dice, el Gobierno debe desafiarse en el 2023 a lograr políticas públicas, bajo consensos sociales. Y para eso hay que partir de cero. Un ciudadano que no entiende la realidad económica que vive el país, aún con dificultad para generar ingresos, con altas presiones de gasto social, con graves problemas de inseguridad y narcotráfico, es difícil que se sumen a un cambio. “La tarea es informar mejor lo que sucede y lograr consensos mínimos, de lo contrario, se va a naufragar. De allí deben nacer las bases para un crecimiento económico elevado”.
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Leer másBernardo Orellana, exviceministro de Finanzas, sostiene que hallar consensos para fijar una agenda de desarrollo minero, por ejemplo, podría cambiar la historia económica al país, incluso mejoraría la percepción de riesgo en el corto plazo. No obstante, aunque este Gobierno se ha mostrado a favor, no se ha visto la capacidad política de implementarla o llevarla a la práctica.
Se debe impulsar proyectos con visión política, de coordinación intersectorial, que creen una mística de mayor confianza en el Gobierno. Otro pendiente es la seguridad social.
Acosta anota aquí una fuerte desconexión entre los objetivos oficiales y las autoridades que deben ejecutar estos planes. “El presidente emitió decretos en materia petrolera, minera, con el fin de buscar el despegue de estos sectores, pero lo que hemos visto en la práctica es que quienes toman las decisiones, Petroecuador, Ministerio de Energía, del Ambiente, no están alineados, no otorgan permisos, se demoran los procesos, no renuevan concesiones. Al día de hoy, existen 24 solicitudes de migración de contratos (petroleros) que fueron presentadas en febrero de este año, y que aún no han sido procesados”.
El Gobierno debe insistir en los acuerdos, caso contrario seguirá sobreviviendo en un escenario de oposición y estará allanando el camino en el 2025, a la vuelta del populismo.
Según el Banco Central del Ecuador, en el 2022 la economía podría crecer un 2,7 % y un 3,1 % en el 2023, pero son niveles de expansión económica que no deberían alegrar a nadie. Los expertos citan que si el país creciera indefinidamente al 3 %, Ecuador tendría que esperar 22 años para lograr un PIB per cápita como el de Costa Rica, o hasta 40 años, para alcanzar niveles de desarrollos parecidos a los que tienen países como Chile. “Eso debe marcar la pauta y los retos que debe imponerse el país. Lamentablemente, estamos estancados, experimentando pequeños crecimientos luego de la pandemia, pero tan insuficiente para generar las oportunidades que el país merece”, sostiene Acosta.