Crisis del coronavirus: El Banco Mundial calcula que la economía ecuatoriana decrecerá 6 % en 2020
Ecuador es uno de los países que más sentirá el ‘shock’ por la pandemia global. No obstante, en 2021 se prevé un rebote de 3,2 %.
Este 12 de abril de 2020, el Banco Mundial presentó su último informe La Economía en tiempos de coronavirus, el último informe semestral de la Oficina del Economista en Jefe del organismo multilateral para América Latina y el Caribe.
Según las proyecciones del organismo, el Producto Interno Bruto (PIB) de Ecuador decrecerá este año en 6 %, una de las economías más golpeadas junto a México.
Eso implicaría un mayor impacto en la economía que el Feriado Bancario que atravesó Ecuador en 1999. Ese año, el PIB de Ecuador decreció 4,7 %.
Martín Rama, economista jefe del Banco Mundial para América Latina y El Caribe, sostuvo que Ecuador es uno de los países de la región que tiene poco espacio fiscal para afrontar la crisis. “Ecuador es posiblemente uno de los países en los que habrá que pensar estratégicamente y que pueda requerir medidas extraordinarias“, añadió Rama.
Sin embargo, la economía ecuatoriana rebotaría en 2021 y crecería 3,2 %, según las cifras del organismo. ¿Cuál es la razón? Según Rama, existe espacio para que la economía del país rebote y que puede haber optimismo debido a que en 12 o 18 meses ya haya una vacuna para la COVID-19, lo cual permitiría mayor seguridad y estabilidad.
En el caso de la región, se prevé que América Latina y El Caribe (exceptuando Venezuela) decrecerá 4,6 % en este año.
En su informe, el Banco Mundial señala que muchos países de América Latina y el Caribe se enfrentan a esta crisis con un espacio fiscal acotado. El mayor nivel de informalidad hace que sea más difícil llegar a todos los hogares y proteger todas las fuentes de empleo.
Ecuador es posiblemente uno de los países en los que habrá que pensar estratégicamente y que pueda requerir medidas extraordinarias
Muchos hogares, dice el organismo multilateral, viven al día y carecen de recursos para enfrentar los aislamientos y cuarentenas necesarios para contener la propagación de la epidemia. Muchos también dependen de remesas en rápido descenso. Para ayudar a los más vulnerables a sobrellevar estas dificultades económicas, los actuales programas de protección y asistencia social deben ampliarse rápidamente, así como también su cobertura.
