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Las empresas han debido recurrir a su propia generación de energía.Archivo.

Crisis energética: El Gobierno y el sector industrial definen un plan

Se espera una resolución que defina las compensaciones por desconectarse del sistema nacional

Temor por la crisis energética. El sector industrial ya ha mantenido reuniones con el Gobierno para sumarse a los esfuerzos para hacer frente a la grave sequía, lo cual impacta en la generación de las hidroeléctricas del país.

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El Gobierno ha reconocido un déficit de más de 1.000 megavatios (MW), que busca hacer frente con contrataciones de emergencia. El ministro de Energía, Antonio Goncalves, anunció en días pasados que se busca contratar esta semana 700 MW, que se sumará a la barcaza y energía en tierra ya contratada que suman 341 MW.

También se busca ayuda del sector industrial. Las autoridades se han reunido con representantes del sector para promover el uso de plantas propias, de manera voluntaria, durante el tercer trimestre del año, para reducir el consumo de energía del sistema nacional.

“Se está reformando una resolución que, bajos ciertos reglamentos, que debería salir en los próximos días, permita a estas industrias que tengan generadores de respaldo, poder conectarse en los momentos necesarios para dejar de consumir energía”, aseguró Francisco Jarrín, presidente de la Cámara de Industrias de Guayaquil (CIG).

Según Jarrín, por ahora se define una tarifa que se reconocería a las industrias que se desconecten del sistema de manera voluntaria. Por ahora, el sector levanta información sobre las empresas que puedan contribuir con su energía. “Entiendo que es crédito a los consumos eléctricos por el costo de esa operación, que funciona con diésel sin subsidio (...) Serían valores a favor de las empresas”, sostuvo Jarrín.

“Todavía no está definido el mecanismo. Es bastante complejo porque cualquier incentivo es válido y tiene que ser bueno para las dos partes”, aseguró Pablo Jiménez, vicepresidente de la Cámara de Industria y Producción (CIP).

Jiménez aseguró que la medida no debe afectar al flujo de capital de las empresas. Para poder generar energía, las compañías requieren diésel y desembolsar dinero inmediatamente para su compra, por lo que puede verse afectada su liquidez.

Además, el vicepresidente de la CIP aseguró que las empresas no pueden generar electricidad por períodos extendidos, sino en horarios específicos.

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Según Goncalves, las empresas podrían contribuir con 200 MW. En el caso de la CIG, se ha calculado entre 50 y 60 MW entre sus asociados.

Más allá del aporte que puedan hacer las industrias, la preocupación actual es si lo que el Gobierno está gestionando actualmente será suficiente para evitar los apagones o cortes de luz para fin de año, período de más dinamismo económico.

“A nosotros nos preocupa el tamaño del déficit de generación que va a tener en algún momento. Algunos expertos han dicho que no habrá energía por 1.200 megavatios, otros por 800 y otros por 600. Yclaro, todo va a depender de las condiciones climáticas y sí nos preocupa tener un déficit tan importante (...)No sé si alcancen a llegar las nuevas contrataciones. El sector privado podrá aportar, todo depende de los equipos que existan y las regulaciones. Lo que va a aportar el sector privado es importante, pero tampoco va a ser lo suficiente como para cerrar el déficit”, añadió Jiménez.

El temor por nuevos cortes

Cortes de luz
Los cortes de luz afectan al sector productivo.EXPRESO

Con ese escenario, las empresas temen que los cortes de luz puedan ser mayores que en 2023 y compliquen, aún más, la situación económica.

Para Walter Spurrier, editor de la publicación Análisis Semanal, va a ser muy difícil que el Gobierno pueda evitar los apagones. La alternativa es que los reduzca al máximo. Esto, sin lugar a dudas, afectará a la economía local a fines de año porque puede encarecer los costos de las empresas, que deberán invertir en generación de emergencia para no parar.

La única alternativa viable para el Gobierno es la contratación de barcazas, dijo Marcelo Bodero, abogado especializado en inversiones estratégicas y alianzas público-privadas. “El problema es que es una generación extremadamente cara, muy cara. Sin embargo (...)no hay energía más cara que la que no existe”, añadió.

¿Cómo se llegó a este punto? Spurrier resume el problema de esta manera: la demanda de energía creció en los últimos años, pero la generación eléctrica no lo hizo. El país se mantenía de la compra de energía a Colombia, pero el problema estalló cuando ese país ya tuvo complicaciones para vendernos, por los problemas climáticos.

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