Crisis hídrica: Vigilias y pérdidas económicas en haciendas brocoleras
Las perdidas económicas que deja este conflicto supera los 200 mil dólares y pone en riesgo puestos de trabajo
Con el fin de verificar el cumplimiento de la suspensión de los vuelos de la escuela de aviación que opera en Latacunga, integrantes de comunidades indígenas mantienen una vigilia permanente. Según denuncias presentadas ante la Fiscalía, se presume que desde las avionetas se lanzan químicos que dispersan las nubes, impidiendo la lluvia.
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Leer másDesde el lunes 18 de noviembre, cuatro haciendas productoras de brócoli en Pujilí están bajo vigilancia por parte de miembros de la Organización Indígena Jatun Jigua. Los indígenas permanecen apostados en las afueras de las haciendas con el objetivo de evitar el uso de cañones antigranizo.
Entre el jueves y el domingo pasado, se registraron lluvias en varios cantones de Cotopaxi. Para Mario Espín, presidente de la comunidad Maca Grande, este hecho refuerza sus sospechas. "Dejan de volar las avionetas y empieza a llover. Es algo muy raro", afirmó.
Por su parte, Segundo Tucumbi, presidente del Movimiento Indígena y Campesino de Cotopaxi (MICC), señaló que uno de sus principales pedidos es la redistribución del agua. “Soy oriundo de Yanahurco de Juigua, en el cantón Pujilí. Tenemos alrededor de mil regantes, pero solo contamos con 30 litros por segundo, mientras que las haciendas brocoleras disponen de entre 50 y 200 litros por segundo. Esto demuestra una desigualdad total”, aseveró.
Conflicto por el agua y vigilancia permanente
Bajo la consigna de redistribución del agua, indígenas y campesinos mantienen una vigilia en cuatro haciendas brocoleras desde hace diez días, impidiendo cualquier actividad. Según los dirigentes, incluso han tomado el control de las captaciones de agua de riego, dejando sin acceso a las haciendas.
Pérdidas económicas a corto y mediano plazo
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Leer másRamiro Espinoza, gerente administrativo de Negrete Farms, una de las empresas vigiladas, señaló que las pérdidas económicas en estos diez días superan los 250 mil dólares, y a mediano plazo podrían superar el millón de dólares debido a los daños en los cultivos destinados a exportación hacia China y otros países.
Espinoza destacó que la sequía es un problema nacional, reflejado incluso en los racionamientos de energía eléctrica. "No entendemos por qué nos acusan de ser los causantes de la sequía. Nosotros también necesitamos agua para el cultivo de brócoli, ya que el 90% de la planta está compuesto por agua", aseguró. Asimismo, negó el uso de cañones antigranizo en la hacienda.
Empleos en riesgo
De no solucionarse la situación, estarían en riesgo los empleos generados por la empresa: 300 directos y alrededor de 900 indirectos relacionados con insumos, alimentos, vestimenta y transporte.
Reunión clave para buscar soluciones
Para este miércoles 27 de noviembre a las 10:00, se ha convocado una reunión en el salón de honor del Municipio de Pujilí entre las organizaciones indígenas del MICC y los representantes de las haciendas brocoleras, con el objetivo de encontrar una solución a esta problemática. (GT)
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