El ‘crowdfunding’ llega a los bienes raíces
El pago colaborativo para inversiones ya está vigente en el país. El primer edificio costeado bajo esa modalidad se construye.
A Diego Falconí, la pandemia le cayó como un balde de agua fría. Todos los proyectos de su empresa, Pro Constructores, se frenaron y el levantamiento paulatino de las medidas de restricción no sirvieron para darle un nuevo impulso al negocio.
Sin la posibilidad de aplicar a un crédito en el sistema bancario, el empresario quiteño decidió apostar por una propuesta novedosa que a inicios de año había sido autorizada y regulada a través de la Ley de Emprendimiento e Innovación: el crowdfunding de inversiones.
“Yo había seguido de cerca la regulación en México y sabía cómo funcionaba, pero tenía mis dudas sobre cómo aplicarla en el país. Sin embargo, revisando la ley con mis abogados, vimos que existía toda la base legal y que podía ser una opción para retomar los proyectos de construcción que estaban parados”, subrayó.
El mecanismo es simple: inversionistas pequeños y medianos contribuyen con montos de $ 500 en adelante y a cambio reciben anualmente intereses del 17 %.
La plataforma Broker.ec se lanzó en mayo, y contra todas las expectativas de Falconí, en dos meses recaudó $ 80.000. “Fue una sorpresa, porque es un mecanismo nuevo que en muchos casos puede generar desconfianza. Aun así, para asegurar la inversión, emitimos una garantía inmobiliaria sobre el bien, y eso también ayudó a cimentar el interés de los inversionistas”, dijo.
El proyecto, el edificio Viktoria, que se construye en la urbanización Los Mastodontes de la capital, estará terminado en diciembre.
Curiosamente, aunque en el país la modalidad es novedosa, en otros mercados de la región lleva vigente cerca de una década. Solo el año pasado las plataformas colaborativas de inversión generaron $110 millones en la adquisición y edificación de propiedades en América Latina. Así lo indica un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que agrega que Brasil, Chile y México son los países donde mayor interés hay por esta propuesta.
Pese a ello, Falconí cree que para que la modalidad se afiance en Ecuador pasarán varios años. “Decidimos que Broker.ec ya no será solo para nuestros propios proyectos, sino que lo abrimos a otras constructoras nacionales, siempre y cuando sean dueños del terreno, tengan los planos aprobados y se trate de proyectos que tengan validez en la inversión. Pese a ello, hay mucha desconfianza en el mismo gremio, porque les genera desconfianza o no les gusta la tasa de interés que se entrega. Sin duda hay sitio para crecer”, comentó.
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Leer másPara los expertos, no obstante, las condiciones actuales son propicias para el crecimiento de las plataformas de financiamiento colaborativo.
Michelle Arévalo Carpenter, CEO del laboratorio de emprendimiento Impaqto, cree que, a mediano plazo, el interés por esta modalidad de financiamiento irá al alza. “Las dos trabas que teníamos como país para el auge del financiamiento colaborativo ya no existen. Actualmente ya hay una ley y una regulación establecida y la pandemia ha catapultado los botones de pago y la banca virtual. Nos tocó confiar en las herramientas digitales durante la pandemia, y eso le ha abierto a muchas personas los ojos a las posibilidades que existen”, señaló.
Esta agregó que con un clima de emprendimiento exacerbado por la crisis y la necesidad de capital que no es absorbido por el sistema tradicional, el ‘crowdfunding’ se convertirá en una opción tangible para los empresarios jóvenes.
Con ella concordó el economista Camilo Pinzón, director de la Alianza para el Emprendimiento e Innovación, quien indicó en una entrevista previa con este diario que hay un creciente interés en el financiamiento no tradicional, y que el mercado debe dar cabida a estas nuevas iniciativas.
El economista y catedrático quiteño, José Andrade es más cauto. “A raíz de la pandemia se ha dado la digitalización de los servicios y las empresas, un proceso que no se había consolidado. Justo por esa característica, veo que incluso con una ley que controla y supervisa el crowdfunding, la cimentación de este sistema será complicada. Los primeros proyectos que se lleven a cabo deben dar buenos resultados, y solo entonces habrá una acogida. Aun así, en las condiciones actuales, el mercado es variable e impredecible”, agregó.
Bajo el ojo de la ‘super’ de compañías
El pasado 27 de julio se emitió el Reglamento a la Ley Orgánica de Emprendimiento e Innovación, que define los parámetros para las plataformas de ‘crowdfunding’. Esta determina que el control de las iniciativas de fondos colaborativos están a cargo de la Superintendencia de Compañías, Valores y Seguros, y que el registro para las que se dedican a inversiones o préstamos debe ser público.
Un emprendimiento que resurgió de las cenizas
Leer másEstas no pueden administrar directamente los recursos, y la transferencia de dinero debe hacerse a través de una entidad financiera con una cuenta en la que se especifique el fin. El monto máximo de la recaudación por proyecto es de $400.000.
Finalmente, el plazo máximo de recaudación por proyecto será de seis meses. Estas deberán presentar informes cada tres meses.
En otros países
Argentina: Desde 2017, el crowdfunding de inversiones ha sumado adeptos en ese país. La plataforma Bricksave el año pasado invirtió $6’500.000 en propiedades.
México: Desde que se aprobó la Ley Fintech en 2018, dando una regulación a este sistema, las edificaciones financiadas por estas plataformas se dispararon un 31 %, sobre todo en Tulum y Quintana Roo.
Colombia: En 2015 se construyó BD Bacatá, el primer rascacielos edificado vía crowdfunding en Bogotá. Hoy en día, ‘Cirii’ es la plataforma más popular de este tipo en el país vecino.