Los desastres naturales son otro riesgo para la economía del país
Daño en infraestructura o afectación en la logística de empresas, entre los efectos, según organismos. Sectores piden medidas por fuertes lluvias.
Protestas sociales, desempleo, crecimiento lento... Esos son algunos de los factores de riesgo para la economía que los organismos internacionales miran en Ecuador. Pero también coinciden en otro potencial causante de estragos:los desastres o fenómenos naturales.
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Leer másLas catástrofes también forman parte de los factores que pueden complicar la economía ecuatoriana, según el Foro Económico Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para 2023 o en el corto plazo.
Y las preocupaciones de los organismos no se han equivocado. La semana pasada ocurrió algo poco usual: el ciclón Yaku causó estragos en la Costa ecuatoriana, mientras que en la Sierra hay preocupación por la actividad volcánica del Cotopaxi.
Los desastres naturales son un potencial problema a considerar en una economía que busca recuperarse del todo tras la pandemia de COVID-19.
Por ejemplo, el FMI señaló en el reporte de Ecuador, publicado en diciembre de 2022, que los desastres naturales más frecuentes causan graves daños a la infraestructura (especialmente en las economías más pequeñas y vulnerables) y amplifican las interrupciones de la cadena de suministro y las presiones inflacionarias, es decir, aumentos de los precios, lo que provoca escasez de agua y alimentos y reduce el crecimiento a mediano plazo.
De hecho, ayer, según datos del ECU-911 y el Ministerio de Transporte y Obras Públicas hubo vías cerradas y parcialmente habilitadas, debido a deslizamientos y fuertes lluvias. Por ejemplo, la vía Alóag-Santo Domingo, principal vía de conexión entre la Sierra y la Costa para el transporte pesado, se encontraba cerrada por las condiciones climáticas.
Y ya hay sectores específicos que están preocupados. Este 13 de marzo de 2023 la Asociación de Productores de Alimentos Balanceados (Aprobal) recomendó a las instituciones y autoridades del Gobierno nacional y gobiernos seccionales planificar con tiempo las acciones que sean necesarias para mitigar los efectos de las altas precipitaciones que podrían darse en el próximo invierno, debido a la posible ocurrencia de un fenómeno de El Niño.
Según el último informe de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), dijo el gremio, los distintos modelos indican, en promedio, un 64 % de probabilidades que se desarrolle El Niño hacia finales del año. En Ecuador, esto implicaría precipitaciones abundantes, desbordes de ríos, inundaciones y destrucción de infraestructura, así como caída de puentes.
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Leer másEl Banco Interamericano de Desarrollo (BID) señaló que los países que corren más riesgo son los que tienen costa en el mar Caribe o en el océano Pacífico, como Ecuador. Los países sin litoral y los que tienen costas en el océano Atlántico tienen un nivel de vulnerabilidad más bajo.
Asimismo, el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) indicó que los desastres naturales y fenómenos meteorológicos extremos dentro de los cinco riesgos para Ecuador en 2023.
Para Santiago García, presidente del Colegio de Economistas de Pichincha, la sociedad ecuatoriana no ha reflexionado y dimensionado sobre este problema. El Gobierno debería definir un plan para el cambio climático, aseguró.
Algunos consecuencias
- Oleoductos: Fuertes lluvias o el fenómeno denominado como erosión regresiva ha afectado el funcionamiento de los oleoductos del país. La situación ha obligado a parar la producción de crudo, al menos una vez al año desde 2020.
- Sequías: La falta de lluvias causó estragos entre finales de 2022 e inicios de 2023. Uno de los principales problemas que trajo es la complicación en la generación de electricidad en las plantas hidroeléctricas. La situación obligó a importar más diésel para generar energía.
- Volcán: El volcán Cotopaxi ha puesto en alerta a la zona centro-norte del país, específicamente a las provincias de Cotopaxi y Pichincha. Sectores como el agrícola o ganadero trazan planes y estrategias ante una eventual erupción.