Los TLC no dan arranque a la venta de carros

Un sentimiento agridulce se ha apoderado de los actores del sector automotor ecuatoriano. El 2024 no fue bueno y el 2025 se prevé igual. Esto pese a que el año pasado los autos provenientes de China ingresaron al país con menores aranceles y se llegó a arancel cero en las unidades provenientes de la Unión Europea (UE). Otros acuerdos comerciales aún están pendientes. Por ejemplo, con Corea del Sur aún no se ha ratificado, y con Canadá está en proceso de negociación.

Las primeras expectativas de una atractiva expansión para el mercado se dieron hace siete años, cuando entró en vigencia el Tratado de Libre Comercio (TLC) con la Unión Europea. Transcurrido el tiempo, si bien hubo una reducción significativa de precios, la no creció en lo esperado: su participación apenas ronda el 7 % del mercado. Lo mismo ocurre con China, país con el que desde mayo del 2024 rige un TLC, cuando se dio la primera reducción de aranceles (del 2,6 %) y desde el 1 de enero del 2025 se aplica una segunda reducción (también del 2,6 %).

Según el calendario de desgravación arancelaria, los vehículos ensamblados en China tienen un periodo de entre 15 y 20 años. Por ejemplo, un vehículo liviano que normalmente paga un arancel del 40 %, desde enero del 2025 paga 35 %.

En cuanto a los automotores de origen europeo, desde el 2024 el proceso de desgravación concluyó para todos los vehículos livianos. Está pendiente un segmento de motocicletas y de vehículos comerciales, en los cuales se acordó una desgravación de 10 años.

Pero la vigencia de los acuerdos no ha sido garantía de éxito de ventas. Genaro Baldeón, presidente ejecutivo de la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador (Aeade), explica que, efectivamente, la implementación de acuerdos comerciales tiene un impacto positivo en el sector automotor ecuatoriano. El acceso a una mayor oferta comercial, a una mejor tecnología y a precios más asequibles son parte de las consecuencias de los diferentes tratados firmados por Ecuador.

“Sin embargo, se debe tomar en cuenta que los vehículos tienen una alta carga tributaria que incrementa su precio entre 40 y 60 % al valor final del automotor, lo que incide en la decisión de compra. Esto podría mejorar si desde el Gobierno se realizara un análisis adecuado de la estructura tributaria y arancelaria”, explica.

David Molina, director ejecutivo de la Cámara de la Industria Automotriz Ecuatoriana (Cinae), coincide en que si bien es evidente el impacto positivo en una reducción de precios de los vehículos, que es una de las variables que más pueden incidir en la decisión de compra de los individuos, es difícil establecer lo que sucederá este año.

Perspectivas para el 2025 

“Dependerá de la oferta de vehículos. Estimamos que el mercado se va a contraer aún más. Venimos de una contracción del 20 % en el 2024 y para este año será del 12 %. En números, en el 2023 se comercializaron 132.000 unidades, en el 2024 unas 107.000 y para el 2025 prevemos 96.000. El sector está con sobre stock y eso significa castigar el margen de ganancia, lo que se refleja en los precios. Se ha venido ya mirando una guerra de precios, porque las casas comerciales están en problemas”.

Baldeón añade que los precios, en el caso de los vehículos originarios de los acuerdos comerciales, tienen un impacto a mediano y largo plazo.

Por ejemplo, con la UE en el 2016, antes del proceso de desgravación, el precio promedio de los vehículos de origen europeo era de 51.727 dólares. En el 2024 el precio promedio se redujo a 36.824 dólares, eso implicó una disminución del 29 % con respecto al 2016. En cambio, con los vehículos de origen chino, el impacto en el precio se vería en unos tres años o más de implementación.

A pesar de ello, las ventas de vehículos de origen chino corresponden ya al 38 % del mercado. Entre enero y noviembre del 2024 se comercializaron 99.559 unidades, de las cuales 37.992 fueron vehículos chinos.

“Pero esa reducción contrasta con las políticas internas, pues mientras bajan los aranceles, en el 2024 se incrementaron tributos como el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y el Impuesto a la Salida de Divisas (ISD). Además, se modificó la fórmula para el cálculo de los aranceles, en el que ahora se incluye el flete”, señala.

Para Felipe Chiriboga, gerente nacional de Autos Eléctricos de Automekano, al sombrío panorama del 2025 hay que añadir un elemento más. “El primer semestre de este año será especialmente complicado por elecciones y una economía golpeada. Nosotros creemos más bien que pese a todos estos factores negativos, el 2025 podrá ser de recuperación. Los acuerdos comerciales son muy positivos. La reducción de aranceles nos ayuda a ser más competitivos con precios asequibles. El 2024 fue complicado para la industria, pero vemos una mejor proyección. Esperaríamos un mercado de aproximadamente 100.000 unidades”, pronostica.

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