El lento crecimiento económico agrava la informalidad laboral
La falta de despegue económico repercute en el mercado. La tasa llega al 54 %, a junio
El 53,5% de ecuatorianos hoy se emplea en el sector informal; es decir, que labora en una empresa que no tiene un Registro Único de Contribuyentes (RUC) y que por ende no está regulada o protegida por marcos legales o normativos del país, que podrían otorgarle protección y ciertos beneficios.
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Leer másLa cifra ha ido en crecimiento en los últimos años, en medio de una economía que ha tendido a decrecer o a crecer a ritmos mínimos. Según la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (Enemdu), la informalidad de junio del año pasado fue menor al alcanzar un 52,7 %; no obstante, la brecha se amplía si se la mide con la de junio de 2019, previo a la pandemia, cuando esa tasa alcanzaba un 46 %.
Alberto Acosta Burneo, analista económico que constantemente está monitoreando el comportamiento del mercado laboral, señala que este sigue siendo un problema que se agrava en el país. “Quien pierde un empleo adecuado definitivamente se va a la informalidad o los jóvenes que ingresan al mercado no encuentran una plaza y se van a la informalidad”.
Y eso, dice, es una consecuencia de la cantidad de empleos adecuados que se están creando. Según las cifras del Enedmu, en la primera mitad del año la tasa de empleo adecuado subió de 34,5% al 35,4%; es decir, hubo más personas con un empleo que, durante la semana de referencia, perciben ingresos laborales iguales o superiores al salario mínimo, trabajan igual o más de 40 horas a la semana, independientemente del deseo y disponibilidad de trabajar horas adicionales.
Eso significó 165.960 empleos más, un aumento que, para Acosta, aún sigue siendo insuficiente para cubrir la demanda de los desempleados, que a junio sumaron una tasa del 3,1%. El subempleo tuvo una tasa del 19,9%.
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Leer másEsta dinámica de contratación, explica el analista, va a la par del crecimiento lento que viene teniendo la economía (solo un 1,2 % en el primer trimestre de este año), producto de varios factores: “los apagones que se iniciaron desde octubre del año pasado, la inseguridad y la política tributaria que termina retirando liquidez de ciudadanos, las empresas, del sistema financiero, lo que genera un efecto recesivo. A eso se suma una inversión de mal desempeño”.
Reactivar a este sector, que en definitiva es lo que inyectará mayor dinámica a la economía, será clave en el segundo semestre del año. Ahí lo prioritario es fomentar una mayor inversión. Abrir la puerta al capital privado en sectores estratégicos es una vía inmediata, dice Acosta.
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