Ecuador necesita un crecimiento económico de un 8 por ciento
Hay que comparar lo logrado hasta ahora, con la caída de 2020
Ecuador, como país en desarrollo, necesita crecer al 8 % anual, pero no ha sido capaz de ello ni de lejos. Así opina José Abel DeFina, profesor de Dirección Financiera del IDE Business School.
Agrega que los pronósticos para 2023 y 2024 llevan a niveles de una economía cansada, con menos del 2 % en promedio.
El 4,2 % del año anterior y el 3,8 % esperado para el 2022 son muy poco significativos para este objetivo, porque son solo una recuperación luego de una caída de poco más del 7 % en 2020.
“Por ello, con estas cifras, apenas llegamos a los niveles de ingresos de prepandemia, aunque con más concentración de riqueza y menos empleo. Por ello, para la mayoría todo es más frío y duro afuera”, analiza el experto en finanzas.
Para el profesor, el país aún es poco atractivo para atraer inversiones extranjeras, pese a los esfuerzos hasta ahora realizados.
Se debe motivar a la banca para que sabiamente apoye el empresariado privado que está en situación complicada. Si no lo hace, la falta de crédito presionará hacia abajo la producción y el consumo y, por tanto, habrá una disminución de la actividad económica, señala el experto.
Agrega que el Gobierno actúa así con la banca podrá entonces cumplir su rol anticíclico para preservar la economía. "Finalmente, tenemos el lastre insoportable de la inseguridad pública. Incluso en el Estado más liberal, el último bien a que el Estado no debe renunciar es el de proveer seguridad y justicia", destaca. Enfatiza que esta es su mayor rol y de los bienes más preciados para sus ciudadanos. "Y, sin embargo, encontramos al gobierno pasivo más allá de los discursos, y esto no hace más que drenar la autoridad y credibilidad del Gobierno, para responder en los otros frentes".
Al contrario, si el Gobierno encuentra su rol y rescata y consolida su eficacia, dando seguridad y haciendo una mejor gestión en lo social inmediato, podrá relanzar su liberalismo económico. Si el Gobierno impone a los bancos una menor independencia y mayor responsabilidad social, habrá facilitado el acceso del empresario privado a recursos más necesarios para crear empleo. Y para la economía es mejor que se haga a un lado el Estado, ya que bien confía el pueblo en los empresarios responsables y autorregulados para que se hagan cargo, generen crecimiento, atraigan más capitales y creen empleos.
