Ecuador sin subsidios: ¿qué habría sucedido?
En 10 años habrían creado medio millón de empleos formales y estables. Ese dinero hubiera beneficiado a los pobres
El subsidio a los combustibles es perjudicial para los más pobres, pues se toma dinero que podría utilizarse para reducir la pobreza y se lo destina a beneficiar a quienes más tienen, al contrabando e incluso al narcotráfico. Año a año, los ecuatorianos hemos dejado de invertir miles de millones de dólares en seguridad, salud, educación o en políticas que favorecen la creación de empleo para pagarle la gasolina a personas que están en mejor situación que el promedio. Pero, ¿qué hubiera pasado si ese dinero se habría utilizado de manera distinta?
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Para este ejercicio, consideraremos únicamente el subsidio a las gasolinas y el diésel, descontando la pequeña porción de él que va a la gente pobre (imaginemos una transferencia directa a sus bolsillos por el valor que les corresponde), mientras el resto, es decir, todo lo que ahora se paga de subsidios y no es aprovechado por los más pobres, lo destinamos a inversión y gastos necesarios para crecimiento y desarrollo del país. En un lapso de 10 años, esa parte del subsidio que ahora se va a los más pudientes, sumaría aproximadamente $ 24.000 millones ($2400 millones adicionales se habrían entregado para obra a municipios, prefecturas y juntas parroquiales).
Pero los subsidios no solamente desvían recursos, sino que también obligan a contratar deuda para que el Estado pueda cumplir con sus obligaciones. Hagamos otro ejercicio, tomemos una media de la tasa de interés de esa deuda al 7% y en un plazo de pago de 10 años: sin subsidios, el país se habría ahorrado más de $10.300 millones ($ 9,3 mil millones solo Gobierno Central), dinero adicional que podría usarse para atender las necesidades de la gente.
Diez años sin subsidio a los combustibles habría permitido corregir varios problemas estructurales del Ecuador, por ejemplo:
Agua segura
1. Según el Censo 2022, cerca de 800 mil viviendas no cuentan con agua potable, principal causa de desnutrición crónica infantil. Se estima que para cerrar la brecha de agua potable se necesitan entre $1.500 y $ 2.000 millones de inversión coordinada con los GAD.
Combate a la desnutrición crónica infantil
2.En la actualidad, 22% de la población sufre de desnutrición crónica infantil, lo que puede solucionarse, además del acceso a agua limpia, con paquetes permanentes de atención pre y posnatal a hogares vulnerables, con un costo estimado anual de $ 500 millones (incluido prestaciones por $50 a embarazadas y niños hasta 2 años).
Educación para nuestros niños
3.Podríamos sumar una inversión conjunta con los GAD de $ 500 millones anuales para conectividad, inclusión de cursos en ciencia, tecnología, matemáticas e idiomas, programación y habilidades blandas como complemento a la formación curricular, con énfasis en vacacionales y fines de semana.
Energía limpia y segura
4.Sin el fantasma de los apagones. Con energía sostenible y menos sujeta al clima variable, invirtiendo $ 1.000 millones en 700 MW firmes de generación eólica, fotovoltaica y geotérmica.
Abastecimiento de unidades de salud
5.Uno de cada cinco establecimientos del Ministerio de Salud tienen menos del 70% de medicinas requeridas (mar-2024), a lo que se suman retrasos en los pagos con prestadores externos. Se requieren 300 millones adicionales por años para el sistema público, sin contar con los requerimientos del IESS.
Con una inversión anual adicional de $ 150 millones, se podría haber modernizado el esquema de prestaciones, considerando:
a. Más capacidad interna para reducir derivaciones, que suman cerca de $ 400 millones al año (diálisis, hemodiálisis y enfermedades catastróficas).
b. Modernización y renovación de equipos y laboratorios para exámenes y procedimientos de diagnóstico.
c. Mejores capacidades tecnológicas para el ciclo completo de prestación, incluyendo seguimiento, monitoreo, evaluación y aprendizaje.
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Más protección para nuestros adultos mayores
6.Según el censo 2022, existen cerca de 1,5 millones de adultos mayores. De estos, se estima que cerca de 600 mil estarían desprotegidos (sin pensión del IESS, Issfa, Isspol o del MIES). Cubrir a los cerca de cien mil adultos mayores que se ubican bajo la línea de pobreza costaría entre $ 100 y $ 150 millones al año.
Oportunidades y becas
7.Se estima que cubrir 3.000 becas para pregrado y posgrado a nivel nacional e internacional, requeriría de $150 millones anuales.
Sin subsidio a los combustibles, el Ecuador podría invertir en todo lo anteriormente descrito, sobrarían más de $ 3,3 mil millones y se ahorrarían gastos por $ 1,4 mil millones, que podrían utilizarse para más obra pública, oferta de crédito productivo más barato o en mejorar el acceso a servicios públicos.
En resumen, solo las políticas sostenibles cambian vidas y solo acciones decididas podrán cambiar para bien el rumbo del Ecuador.
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