Ecuatorianos: quitar los subsidios, pero con un beneficio a cambio
El 70 % está de acuerdo en eliminar la subvención, según el Banco Mundial. Pero si el dinero se destina a escuelas u hospitales
La mayoría de los ecuatorianos están de acuerdo con eliminar los subsidios a los combustibles. Cerca del 70 % apoya eliminar el beneficio, siempre y cuando haya algún tipo de medida compensatoria o beneficio, según el informe ‘Generar apoyo público para las reformas de los subsidios energéticos ¿Qué será necesario?’ del Banco Mundial, publicado en noviembre de 2023.
El reporte muestra las actitudes y preferencias de los ciudadanos a las reformas a los subsidios a los combustibles fósiles en 12 países de diferentes continentes, entre ellos Ecuador.
En el caso de los ecuatorianos, solo cerca del 25 %está de acuerdo en que se quite la medida sin aplicar alguna compensación. La mayoría, el 58 % quiere que se quite la subvención, siempre y cuando haya una compensación en obras del Estado, como hospitales, escuelas o carreteras. El 12 % restante apoya la acción, pero si se implementan otras medidas compensatorias, como transferencias de dinero a personas de escasos recursos o menos impuestos.
“En primer lugar, el apoyo básico a las reformas de los subsidios es bajo. Sin ofrecer nada a cambio, menos de un tercio de los encuestados en nuestra muestra de varios países estaban dispuestos a apoyar una reducción de los subsidios al combustible o a la electricidad que llevaría a un aumento de los precios”, apunta el reporte del organismo multilateral.
El apoyo a las reformas, dice el Banco Mundial, puede aumentar cuando va acompañada de políticas compensatorias. “El apoyo a la reforma se duplicó, e incluso se triplicó en algunos casos, cuando a los encuestados se les ofrecieron a cambio políticas alternativas que podrían financiarse con los ahorros de los subsidios”.
El estudio el organismo utilizó “herramientas de la economía experimental y un novedoso método de recopilación de datos” para encuestar a 37.000 personas en los 12 países de ingresos medios que destinaron más de 750.000 millones de dólares en subsidios explícitos e implícitos a los combustibles fósiles durante 2022. Solo en 2023, Ecuador gastó 3.190 millones de dólares en los subsidios a los combustibles, de acuerdo a datos del Ministerio de Economía y Finanzas.
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En ese contexto, el presidente de la República, Daniel Noboa, ha señalado que busca focalizar los subsidios a los combustibles para contar con recursos para la “guerra interna”y reducir el “hueco” fiscal. “Creo que se debería focalizar y reducir ese gasto, por lo menos, en un 25%”, dijo el mandatario en días pasados.
En los últimos cinco años, Ecuador ha buscado retirar los subsidios a los combustibles. El gobierno del expresidente Lenín Moreno quitó una parte de los subsidios en octubre de 2019, sin ofrecer medidas compensatorias, y tuvo que afrontar fuertes protestas del movimiento indígena. El levantamiento lo obligó a dar marcha atrás e implementar un sistema de bandas de precios a los combustibles, que se revisaba mes a mes, según el precio internacional del petróleo.
En 2022, nuevas protestas del movimiento indígena obligaron al gobierno de Guillermo Lasso a reducir y congelar el precio de los combustibles y quitar el sistema que implementó Moreno.
El tema sigue siendo espinoso y tras los anuncios de Noboa, el movimiento indígena ha mencionado estar de acuerdo con la focalización, pero solo en ciertos sectores.
“Solo elimine los subsidios a los camaroneros, a la pesca industrial a los atuneros y algunos grupos económicos más que ya se han beneficiado 17 años de los subsidios y seguramente esa plata podemos trasladar a los sectores más empobrecidos”, dijo en días pasados Leonidas Iza, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie)
Para Mónica Maldonado, directora Ejecutiva de Cámara Ecuatoriana de Industriales y Procesadores Atuneros (Ceipa), si bien su sector no tiene un subsidio directo, las embarcaciones de pesca de atún sí cuenta con el beneficio, que de eliminarse puede encarecer la materia prima. “Afectaría la cadena de producción, nos volvería más caros”, añadió.
José Orellana Giler, socio de la consultora Ahead Partners, sostuvo que lo más sencillo para el Gobierno de Noboa sería reducir el subsidio a las gasolinas extra y ecopaís, que afectarían a 1,2 millones de familias de clase media que tienen un auto. Solo esta medida puede dar un respiro de entre 400 y 500 millones de dólares a la caja fiscal. En el caso del diésel y el gas licuado de petróleo (GLP)se deben buscar alternativas para focalizarlo.
El Banco Mundial dice que creencias profundamente arraigadas sobre los subsidios, como la ideas que los ciudadanos tienen derecho a recibirlos o las dudas sobre la capacidad del gobierno para implementar reformas, plantean obstáculos, pero esos desafíos pueden superarse.
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