Análisis Estratégico: En las elecciones se compite para ganar

Suena obvio, pero es importante recordarlo para analizar los mensajes de cada candidato durante la campaña que ya se inició y que llevará a alguno a la presidencia. Aunque sabemos bien que quedar segundo en una elección significa poco o casi nada -no hay medalla de plata- no podemos permitir que para ganar la elección prime una suerte de todo vale.

Cualquier candidato y sus asesores saben que las encuestas brindan una imagen muy clara de lo que se espera de los candidatos y, en consecuencia, preparan sus mensajes para ofrecer soluciones a los problemas que los votantes desean ver resueltos. Así que preparémonos a oír lo que estamos deseando escuchar, es obvio; tan sencillo como preguntar a la gente si tiene sed y ofrecerle agua.

La gran diferencia estará en el tono y la manera en que lo hagan y si tienen las credenciales para ser creíbles en sus ofertas. De seguro, alguno hará todas o algunas de estas cosas:

Simplificación: desarrollará su comunicación alrededor de un solo tema y se enfocará en combatir a un enemigo único como causante de todos los males. “Yo sé cuál es el gran problema y sé cómo solucionarlo”.

Contagio: Una vez encontrado el enemigo único, buscará endosar esas características a todos los adversarios que pueda. “Todos son culpables de la violencia y la inseguridad”.

Transposición: Hallará maneras de culpar a los adversarios de sus propios defectos y carencias, los atacará con mentiras y noticias falsas para crear opinión negativa sobre ellos y ocultar sus propias debilidades. “Los que mienten son los otros”.

Exageración: el objetivo de esta técnica es generar incertidumbre o miedo y utilizar cualquier dato anecdótico, aunque sea pequeño, de un adversario para convertirlo en una amenaza a la sociedad. “El país puede desaparecer por culpa de… que hizo…”.

Vulgarización: su mensaje en todas sus formas, discursos, afiches, memes, videos, será simple y fácil de entender para que sea asimilable por los menos educados: “Jama, caleta y camello”.

Orquestación: intentará por todos los medios disponibles, desde el boca a boca y los memes, hasta otros más sofisticados, para difundir mentiras y a punta de repetición instalarlas como verdades. Trolls y bots serán usados sin piedad, así como ‘expertos’ extranjeros que nadie conoce.

Renovación: difundirá mensajes nuevos con ritmo sostenido para imponer la agenda de los temas de su interés y no dejará espacio para que los adversarios repliquen sus argumentos. Los temas caerán en cascada para que cuando respondan sobre algo, la discusión esté centrada en otro tema.

Verosimilitud: buscará que sus mentiras o exageraciones reciban respaldo público de terceros relativamente creíbles que difundirán información fragmentada. Creará medios falsos propios si es necesario, hoy es muy fácil. Difundirá opiniones de respaldo generadas desde el exterior.

Silenciación: Intentará amedrentar a medios y contendores, amenazando con acciones de todo tipo, legales y/o violentas, a quienes traten de desenmascarar sus tácticas; el ruido negativo hacia el candidato no debe propalarse

Transfusión: es el uso de argumentos socioculturales o religiosos para moldear la opinión pública y poner en tela de duda los argumentos de los otros candidatos. “La culpa es de los ricos que siempre han tenido el poder”.

Unanimidad: persuadirá a los electores a creer que él piensa como piensan todos, así una verdad individual se convierte en colectiva y él se encarnará en el gran salvador de las desgracias del país. “Yo soy el camino al bienestar”.

Si detectan estas prácticas en la campaña preocúpense, fueron creadas y utilizadas exitosamente por Joseph Goebbles para manipular a un pueblo tan culto como el alemán, y el mundo entero sabe cuál fue el resultado.